Más de 2.4 millones de personas en México se ganan la vida como trabajadoras del hogar.
Son personas que históricamente han tenido que luchar contra la falta de educación y mejores oportunidades laborales, pues la gran mayoría viven en condiciones de marginación y pobreza.
Además de que muchas sufren discriminación, explotación y abuso.
Se estima que el 99.2 por ciento de quienes asean, barren, trapean y realizan toda clase de labores domésticas carecen de un contrato laboral por escrito, y el 92 por ciento carece de seguridad social.
En abril de 2019 la suprema Corte de Justicia de la Nación ordenó crear un programa para otorgar seguridad social a los empleados del hogar.
Aunque fue hace apenas un año, en marzo de 2023, cuando en el Senado de la República se concretó la obligatoriedad de su afiliación.
Esto obliga a los empleadores a registrar, inscribir y pagar las cuotas patronales a las personas trabajadoras del hogar ante el Instituto Mexicano del Seguro Social, con un salario base de cotización integrado por los días laborados y bajo un régimen simplificado.
TRAS LA REFORMA A LA LEY DEL IMSS LOS TRABAJADORES DEL HOGAR PUEDEN ACCEDER A:
- SERVICIO MÉDICO
- SERVICIO FARMACÉUTICO
- ATENCIÓN HOSPITALARIA
- INCAPACIDADES POR ENFERMEDAD
- INCAPACIDADES POR ACCIDENTE DE TRABAJO
- INSTANCIAS INFANTILES
- DESCANSO EN DÍAS FESTIVOS
- VACACIONES
- AFORE
Pero en lugar de aumentar, las incorporaciones de las y los trabajadores domésticos han disminuido, ya que de las 80 mil personas voluntarias que se inscribieron al Seguro Social hoy ya reformada la ley del Seguro Social y que incluye el trabajo doméstico, la mitad solamente está inscrita.
Entre los factores que influyen en la falta de seguridad social hacia los trabajadores del hogar destaca el desconocimiento de los procesos y trámites que se deben realizar ante el IMSS.
Pero también el temor por parte de los trabajadores a ser despedidos, pues aún existen patrones que los amenazan y obligan a trabajar valiéndose de sus necesidades.