El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, anunció este lunes 8 de septiembre que la temporada navideña comenzará este año desde el 1 de octubre, por segundo año consecutivo.
Según el mandatario, la medida busca "beneficios para la economía, la cultura y la alegría de los venezolanos".
Durante su programa semanal de radio y televisión, Maduro subrayó que "nada ni nadie en este mundo nos va a quitar el derecho a la felicidad, a la vida". El presidente aseguró que la fórmula de adelantar la Navidad ya había sido aplicada el año pasado con resultados positivos.
El anuncio se produce en medio de fuertes tensiones con Estados Unidos. El gobierno de Maduro calificó como "una agresión" la decisión del presidente Donald Trump de desplegar buques de guerra frente a las costas venezolanas para combatir el narcotráfico.
En respuesta, Venezuela ha reforzado su presencia militar y movilizado a millones de personas registradas en milicias civiles voluntarias para apoyar a las fuerzas armadas.
El adelanto de la Navidad ocurre en un contexto económico complicado. En el país, donde los salarios se pagan en bolívares y los precios se miden en dólares, el costo de productos básicos, especialmente alimentos, fluctúa constantemente.
Muchas familias venezolanas enfrentan dificultades para financiar la preparación de la hallaca, el plato típico de la temporada, que requiere varias carnes, vegetales y frutos como aceitunas y alcaparras.
El salario mínimo vigente desde marzo de 2022 es de 130 bolívares al mes, equivalentes a unos 0,84 dólares. A este ingreso se suma un bono alimentario de 40 dólares. En mayo de 2025, Maduro ajustó un bono compensatorio de 90 a 120 dólares mensuales, pero expertos señalan que sigue siendo insuficiente para cubrir las necesidades básicas. Por ello, muchos trabajadores deben tener dos o más empleos para completar sus ingresos.
Pese a esta situación, el gobierno insiste en que el adelanto de la Navidad ayudará a dinamizar la economía interna y fomentar el consumo. Maduro enfatizó que la medida no solo busca alegría y festividad, sino también "apoyar la producción nacional y la actividad comercial".
Analistas, sin embargo, advierten que la medida tiene un valor más simbólico que económico, ya que la capacidad de las familias para celebrar sigue limitada por los bajos salarios y la inflación en alimentos. Aun así, para muchos venezolanos, la anticipación de la Navidad representa un respiro emocional frente a la crisis diaria.
Con este anuncio, Venezuela se prepara nuevamente para una temporada festiva adelantada, en un intento del gobierno de mantener la esperanza y la tradición en medio de los desafíos económicos y políticos que enfrenta el país.