Buscar
21 de Mayo del 2025
Tecnología

Violencia en la red sin control

Violencia en la red sin control

Las redes sociales, que surgieron como herramientas para conectar a las personas, también se han convertido en espacios donde la violencia ha tomado nuevas formas.


La violencia digital afecta cada vez a más personas, muchas veces sin que ellas mismas sean plenamente conscientes de lo que viven. La facilidad para compartir contenido y el anonimato que a veces ofrecen las plataformas han hecho que los actos violentos se multipliquen y se vuelvan parte del día a día en internet.


Según el Instituto de Transparencia, Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales del Estado de México y Municipios (INFOEM), la violencia digital es una forma de agresión que ocurre a través de tecnologías como las redes sociales, el correo electrónico o las aplicaciones de mensajería.




Se manifiesta mediante la difusión no autorizada de contenido íntimo o violento, la suplantación de identidad, el acoso, las amenazas o la invasión a la privacidad. Aunque cualquier persona puede ser víctima, las mujeres y niñas son las más vulnerables, de acuerdo con los datos de la misma institución.


Esta violencia digital no se limita a un solo tipo de agresión. Un estudio de la Universidad Anáhuac menciona que las plataformas más comunes donde ocurre este tipo de violencia incluyen redes sociales como Facebook, Instagram, TikTok, X (Twitter), además de aplicaciones de mensajería instantánea, correos electrónicos e incluso videojuegos en línea.


La normalización de la violencia en línea




Lo preocupante no es solo que exista la violencia digital, sino que se ha ido normalizando. Es decir, las personas se están acostumbrando a ver o experimentar estas agresiones como si fueran parte natural de la vida digital.


De acuerdo con la revista CPU-E del Instituto de Investigaciones en Educación de Xalapa, Veracruz, la exposición constante a contenidos violentos en redes sociales contribuye a que los usuarios pierdan sensibilidad ante la violencia.


Muchas veces, la violencia se presenta disfrazada de humor, como en el caso de los memes o los videos de "bromas pesadas", que esconden burlas, agresiones verbales o discriminación.


La desensibilización es uno de los efectos más visibles de este fenómeno. Ver constantemente videos de peleas, insultos o escenas íntimas difundidas sin consentimiento puede llevar a que los usuarios dejen de reaccionar con empatía o incluso comiencen a ver este contenido como entretenimiento.




Con el tiempo, estas expresiones violentas se vuelven comunes, se invisibilizan o se justifican. Por ejemplo, se puede llegar a pensar que una persona "se lo buscó" por cómo vestía o por lo que dijo, justificando así el ataque.


Además, la percepción de que la violencia es un fenómeno "de redes" y no de la vida real ha contribuido a minimizar su impacto. Sin embargo, como señala el estudio de la Universidad Anáhuac, la violencia en línea está estrechamente ligada a la violencia en el mundo físico.


Lo que ocurre en redes sociales puede tener consecuencias graves: daños emocionales, afectaciones psicológicas e incluso situaciones que terminan en crímenes reales.


Videos violentos: el lado más crudo del internet




Una de las manifestaciones más graves de la violencia digital es la difusión de videos violentos.


Este tipo de contenido se propaga con rapidez, ya sea porque causa impacto, morbo o incluso porque muchas personas no dimensionan las consecuencias de compartirlo.


En redes sociales circulan videos de peleas, agresiones físicas, abuso y acoso sexual, asesinatos e incluso transmisiones en vivo de hechos violentos. Lo más alarmante es que muchas veces este material se convierte en viral.


La revista CPU-E explica que los videos violentos son una forma de violencia física digitalizada. Las redes sociales han facilitado que cualquier persona pueda grabar y subir contenido con solo presionar un botón.




Esta facilidad tecnológica ha hecho que los hechos violentos, que antes podían llegar a quedar en lo privado, ahora circulen de forma masiva. A menudo, estos videos no solo afectan a la persona agredida, sino también a quienes los ven, especialmente cuando se trata de menores de edad o personas con alguna vulnerabilidad emocional.


Pero, ¿por qué se comparten estos videos? Parte de la explicación está en el algoritmo de las plataformas, que prioriza los contenidos que generan más reacciones, sin importar si estas son positivas o negativas.


También influye el morbo y la falta de conciencia de quienes difunden el contenido. Compartir un video violento puede parecer una forma de "denunciar" o "mostrar la verdad", pero en la mayoría de los casos solo amplifica el daño a la víctima y perpetúa el ciclo de violencia.


¿Qué hacer ante un video violento en redes sociales?




Ante la presencia de videos violentos en internet, es fundamental actuar con responsabilidad.


La Fundación YOD ofrece algunas recomendaciones clave: lo primero es no compartir ni comentar el video, ya que cualquier interacción puede aumentar su alcance. También es importante reportarlo a la plataforma donde fue publicado, utilizando las herramientas que estas ofrecen para denunciar contenido inapropiado. Si el video muestra un delito, como una agresión o asesinato, se debe considerar denunciarlo ante las autoridades correspondientes.


Otra medida útil es bloquear al usuario que publicó el contenido, para evitar que aparezcan publicaciones similares en el futuro. Además, se debe promover la empatía y hablar con otras personas sobre la importancia de no difundir este tipo de material. Si se conoce a la víctima del video, lo mejor es ofrecerle apoyo emocional y acompañamiento para que pueda buscar ayuda profesional.


Casos polémicos en México




En México, hay casos que ejemplifican esta problemática.


Uno de ellos fue el asesinato de la influencer Valeria Márquez, ocurrido el 13 de mayo en Zapopan, Jalisco. La joven, de 23 años, fue atacada dentro de su estética mientras realizaba una transmisión en vivo. El video del atentado se viralizó rápidamente, sin considerar el daño a la víctima ni a su familia. Las autoridades investigan el caso como feminicidio.




Otro ejemplo preocupante es la difusión de videos de grupos criminales, en los que aparecen personas sometidas, golpeadas o incluso ejecutadas. Estos videos, que circulan principalmente por WhatsApp, Facebook o Telegram, son una herramienta de control y miedo por parte del crimen organizado, pero también se vuelven virales por el morbo o la curiosidad de los usuarios.




También está el caso del linchamiento en Taxco, ocurrido en marzo de 2024, cuando un grupo de personas buscando justicia de mano propia por el secuestro y asesinato de una niña de 8 años, entraron a la casa de los presuntos secuestradores y los lincharon, golpeandolpos rutalmente hasta la muerte de uno de ellos.


Aunque las autoridades llegaron al lugar, ya no pudieron salvarlos del ataque. El hecho fue grabado por varias personas con sus celulares y los videos comenzaron a circular en redes sociales pocas horas después. Lejos de generar indignación, muchos comentarios en redes justificaban el acto, celebraban la violencia o incluso pedían que se hiciera "más seguido".




Estos ejemplos muestran cómo la violencia digital no es abstracta ni lejana: es parte de la vida cotidiana de millones de personas, y su exposición constante puede llevar a una peligrosa pérdida de empatía.




La violencia en redes sociales es un fenómeno complejo, que requiere atención desde distintos frentes: educativo, legal, social y cultural.


Es urgente que las escuelas, las familias y los medios de comunicación aborden el tema con seriedad. La normalización de la violencia no es solo una consecuencia de la tecnología, sino también de la cultura. Cambiar esta realidad implica fomentar el respeto, la empatía y el pensamiento crítico en las nuevas generaciones, además de exigir a las plataformas digitales mayor responsabilidad en el contenido que permiten difundir.


La violencia digital no es menos real por ocurrir detrás de una pantalla. Sus efectos son profundos, duraderos y, en muchos casos, devastadores. Por eso, tomar conciencia y actuar es una tarea de todas y todos.




Noticias Similares



Noticias Destacadas



Más de Meganoticias