Cada 3 de mayo, trabajadores de la construcción celebran su día colocando cruces en lo más alto de sus obras. En Guadalupe, Zacatecas, esta fecha también es símbolo de una tradición que honra la memoria de don Julio Carrillo.
Una promesa que se convirtió en tradición
Hace una década, don Julio bajó una cruz del cerro de La Virgen con la intención de colocarla en un espacio público. Buscó instalarla en un área de Parques y Jardines del ayuntamiento de Guadalupe, pero la petición fue rechazada. Finalmente, se le asignó el terreno frente al parque de La Purísima, donde permanece hasta hoy.
Desde entonces, cada 3 de mayo su familia ofrece una reliquia en honor a la Santa Cruz, con comida, flores y fe. A cuatro años del fallecimiento de don Julio, sus hijos han mantenido viva esta tradición, entre ellos Juana Patricia Carrillo Mayorga, la menor de la familia.
Un accidente y un milagro
Hace un par de años, un vehículo volcó justo en el lugar donde está colocada la cruz. El impacto dañó la estructura recién rehabilitada para la celebración. Sin embargo, los tripulantes salieron ilesos. "Fue un milagro", cuentan los vecinos. Los mismos involucrados se ofrecieron a reparar los daños, como muestra de agradecimiento.
Para la familia Carrillo y la comunidad, no cabe duda: la cruz que custodia el parque es milagrosa.
Una costumbre con raíces profundas
Desde temprano, en distintas obras del estado se vio a los albañiles trabajando con el mismo empeño de siempre, pero con un ambiente festivo: comida compartida, música y cruces decoradas coronando lo alto de las construcciones.
Colocar la cruz en lo más alto de la obra es una tradición que expresa protección, gratitud y fe. Su origen se remonta al siglo IV, cuando los constructores de la Basílica del Santo Sepulcro en Jerusalén colocaron una cruz para enfrentar los obstáculos de la obra.
Hoy, esa antigua costumbre sigue viva, uniendo generaciones en torno a la fe y al trabajo.
