Zacatecas, Zac.- La búsqueda de un hijo desaparecido en Zacatecas se convirtió en una sentencia de muerte. Aída Karina Juárez Jacobo buscaba a su hija Goretty, desaparecida en Guadalupe en junio de este año. Su lucha terminó de la forma más trágica: fue secuestrada en Zacatecas y su cuerpo, con cuatro impactos de bala, fue hallado dos días después en San Luis Potosí.
Sin ser un caso aislado, su asesinato no solo expone el riesgo mortal que corren las madres buscadoras, sino también la descoordinación entre las fiscalías estatales.
El Registro Nacional de Personas Desaparecidas revela que, de 2020 a 2025, un total de 412 personas desaparecidas en Zacatecas fueron localizadas en otros estados. De estas, 312 fueron encontradas con vida y 100 sin vida. Jalisco encabeza la lista de localizaciones con 150 casos, seguido de San Luis Potosí con 81 y Aguascalientes con 79.
Everardo Ramirez Aguayo, comisionado local de búsqueda de Zacatecas refiere: "Tenemos algunos municipios que están en los límites de estos estados de los cuales se ha problematizado por la incursión de algunos grupos que tienen intereses sobre estos municipios."
Esta falta de certeza y la lentitud de los procesos oficiales sumen a las familias en una profunda angustia, dudando incluso de que las búsquedas se lleven a cabo.
"Hay la necesidad de que esta coordinación que le estoy comentando también prevalezca en el tema de compartir información (...) en algunas ocasiones nos hemos dado cuenta de que hay esta comunicación no es tan efectiva", dijo el comisionado local de búsqueda.
La crisis es bidireccional. Mientras la Fiscalía de Zacatecas reportó haber ejecutado 136 órdenes de búsqueda en 24 estados durante 2024, un esfuerzo forense reveló la dinámica inversa: un alarmante 65% de los cuerpos no identificados que fueron hallados en Zacatecas provenían de otras 25 entidades, confirmando al estado como un epicentro de violencia nacional.
Elizabeth Araiza del colectivo Buscadoras Zacatecas comenta: "Hay un testimonio de una persona de haber desaparecido San Luis Potosí y lo soltaron y él no se dio cuenta cómo llegó hasta Baja California Sur (...) Esa es la incertidumbre de muchas familias que no sabemos si los busquen en los estados que piden las colaboraciones y a veces hasta en nuestro propio estado dudamos que los han estado buscando."
Ante esta ineficacia institucional, son las propias familias quienes han tenido que tejer sus propias redes de colaboración para buscar a sus seres queridos.
Elizabeth también agrega "Se nos hace más rápido así, de entre familias de hablarlo y moverlas que cuando es de fiscalía a fiscalía, es un poco más tardado, ellos necesitan hacer algún tipo de documentación, pedir colaboraciones, oficios y es un poco más tardado."
Los recientes casos y la subsecuente contradicción entre las fiscalías se ve como, un síntoma de un sistema roto. Mientras las autoridades fallan en coordinarse, las familias cargan con el peso de la búsqueda, enfrentando un laberinto burocrático y un peligro mortal.