ZACATECAS, ZAC Desde la Alameda Trinidad García de la Cadena, una pequeña mesa se llena de color. Ahí, entre piezas de porcelana, llaveros de cerámica y piedras naturales que brillan con la luz del sol, una artesana comparte mucho más que su talento: comparte su historia.
Tiene apenas entre cinco y seis años dedicada a las manualidades.
Aunque es zacatecana, su amor por el arte nació en Guadalajara, Jalisco, donde aprendió a transformar materiales sencillos en piezas llenas de vida.
Hoy, de vuelta en su tierra, continúa con una pasión que no se mide en pesos, sino en paciencia, creatividad y esperanza.
"Muchos piensan que las artesanías están devaluadas, pero no es así", y deja claro que, el precio está en el material, en el cuidado y en todo el corazón que se pone

Entre sus creaciones hay decoraciones hechas con cartón y madera reciclada Y es ella quien asegura que debe creerse lo resistente que puede ser el cartón O lo hermoso que puede lucir un pedazo de madera, Y vaya que alma en cada pieza sabe cómo hacerlo.
Este es el resultado de horas de trabajo y también de amor. "Esto no sólo es una forma de ganar un ingreso extra, es una manera de desestresarse, de escapar de la rutina", ya que vivir de un solo sueldo no alcanza.

Todos los domingos, en la Alameda, su pequeño puesto se convierte en un espacio donde la creatividad se mezcla con la alegría.
Quienes se acercan no sólo compran un accesorio; se llevan una historia hecha a mano, tejida con esfuerzo, paciencia y la certeza de que, con un poco de imaginación, siempre se puede dar una segunda vida a las cosas? y a los sueños.
