-Lo que diferencia a un fan de un consumidor es el amor: el fan quiere más, sabe más, siente más
Estás desayunando, cambiando canales sin mucho interés, cuando de pronto aparece una serie de la que nunca habías oído hablar. Pero algo tiene: te atrapa al instante. Te encanta. Y necesitas hablar de ella con alguien.
Empiezas a investigar quiénes son los actores, compras revistas solo porque traen un póster de la serie, y hasta encuentras un club de fans anunciado en facebook. Te unes. Días después, te aceptan y te dan la bienvenida.
Poco a poco descubres que no estás solo: hay toda una comunidad que siente lo mismo. Gente con la que puedes debatir teorías, compartir emociones y hacer apuestas sobre lo que pasará en el próximo capítulo.
Y entonces lo entiendes: esto ya no es solo una serie. Es algo más. Sin darte cuenta, te has convertido en parte de un fandom.¿Pero qué es exactamente un fandom?
El término fandom proviene del inglés y se refiere a una comunidad de seguidores: personas que comparten una admiración profunda por una serie, un artista, una saga cinematográfica o cualquier otro fenómeno cultural.
La palabra surge de la combinación de fan (fanático) y el sufijo -dom (de kingdom, reino), es decir, el "reino de los fans". Se empezó a usar en los años 30 para describir a los lectores apasionados -y muchas veces obsesionados- con la ciencia ficción.
Estas comunidades siempre han existido, pero conforme avanzó la tecnología, también evolucionó la forma en que los fans se conectan entre sí.
Antes, los fans escribían cartas a las revistas con la esperanza de que sus opiniones fueran publicadas. Se mandaban correspondencia entre ellos para compartir ideas, o se agregaban en Messenger cuando esa era la plataforma de moda, todo con el mismo objetivo: compartir su pasión.
Hoy, aquellas cartas han sido reemplazadas por grupos en redes sociales, videos editados en TikTok, trends, y una oferta mucho más amplia de mercancía.
Ya no se trata solo de pósters: ahora hay cobijas, photocards que se intercambian, y todo tipo de objetos representativos. Los fandoms siguen siendo espacios de encuentro, solo que ahora están más conectados, más visibles y, en muchos casos, más poderosos que nunca
Aunque mucho antes del boom de aplicaciones como TikTok ya existían comunidades de fans bastante sólidas, hoy esas comunidades crecen más rápido y es mucho más fácil que las personas se conecten entre sí, incluso si viven en ciudades diferentes.
Plataformas con videollamadas grupales han hecho posible que toda una comunidad se reúna en tiempo real para escuchar el nuevo álbum de su artista favorito o comentar juntas el estreno de su serie del momento.
Pero si hay un verdadero paraíso para los fandoms, ese es TikTok. Su algoritmo -tan preciso que parece conocerte mejor que tú mismo (y no por nada el gobierno chino lo considera tecnología estratégica)- te lleva, sin que te des cuenta, de un trend a una obsesión.
Un día ves un video con una canción pegajosa, y al siguiente ya sabes todo del artista: datos curiosos, chismes, teorías y hasta conspiraciones como la de "Paul McCartney fue reemplazado"
Gracias a los videos cortos que se pueden crear, compartir y viralizar con facilidad, así como a funciones como los dúos -que permiten colaborar directamente con otros fans-, TikTok se ha convertido en una de las plataformas más potentes para construir y fortalecer fandoms.
Tendencias masivas como el #SwiftieChallenge o el uso de audios virales han unido a miles de personas alrededor de un gusto compartido, creando verdaderos movimientos digitales.
En México, TikTok no es solo una red social: es un fenómeno cultural. Durante el confinamiento por COVID-19 alcanzó su mayor auge, y fue ahí donde surgieron muchas de las figuras que hoy dominan el entretenimiento digital (y otras que se quedaron en el camino).
En esta app los fandoms nacen, crecen y, a veces, también se pelean. Aunque TikTok es el epicentro, no es el único espacio donde esto ocurre
En X (antes Twitter), los hashtags han servido tanto para unir opiniones como para encender conflictos. Un ejemplo claro fue el caso de la actriz Karla Sofía Gascón, nominada al Oscar, quien escribió en la red social: "Estoy hasta la madre de que cada vez que voy a buscar una noticia en Twitter importante me salgan 200 de los p**s chinos de BTS".
El comentario fue duramente criticado por el fandom de BTS, conocido como ARMY, que no dejó pasar la ofensa. Bajo el hashtag #KarlaSofiaGasconIsOverParty, los fans expusieron publicaciones anteriores de la actriz consideradas racistas, intolerantes y de odio.
Se unieron también los seguidores de la actriz brasileña Fernanda Montenegro, a quien Gascón también había insultado. La reacción fue tan fuerte que trascendió a medios internacionales, y muchos especulan que ese conflicto fue determinante para que perdiera su nominación al Oscar.
En psicología social, los fandoms ayudan a fortalecer ese sentimiento de "nosotros" contra "ellos". Esto puede unir mucho a los fans, pero también puede generar peleas con otros grupos o personas, como el caso anteriormente mencionado.
Incluso hay una advertencia popular: nunca te metas con los ARMY. Y es que su comunidad es tan enorme -se calcula que entre 80 y 100 millones de personas- que, si fueran un país, serían la decimocuarta nación más poblada del mundo
Seguro alguna vez has escuchado a alguien decir: "¿Por qué dedicarías tiempo a hacer un edit de tu ídolo o a defenderlo en redes si ni siquiera te conoce?" Pero la respuesta va mucho más allá del fanatismo. Es algo más profundo.
En un mundo caótico, donde abundan las opiniones no pedidas, los comentarios hirientes y la presión constante por ser productivo, los fandoms se vuelven un refugio emocional. Son espacios seguros donde puedes ser tú mismo sin miedo al juicio.
De acuerdo a la psicoterapeuta Laurel Steinberg, de la universidad de Columbia, pertenecer a un fandom ayuda a los adolescentes a construir su identidad al conectarse con personas afines
En 2023, el 59% de la Generación Z en México se identificó como "súper fan" de algo o alguien, según el Reporte de Cultura y Tendencias
Los fandoms son como una moneda con dos caras, y como muchas cosas en la vida, tienen su lado positivo y negativo. Por un lado, representan una creatividad colectiva impresionante.
Los fans crean fanfiction, fanarts y edits que en ocasiones superan la calidad del contenido original. Además, han impulsado causas sociales importantes, como campañas a favor del medio ambiente, los derechos humanos y más.
Un buen ejemplo es lo que pasó cuando se estrenó un concierto de BTS en el cine. Los ARMYS, conscientes de la cantidad de personas que asistirían, se organizaron en algunas ciudades para llevar un lonche con jugo y una nota de agradecimiento al personal del cine, reconociendo la paciencia que necesitaban para atender a tantos fans y el posible desorden que eso podía generar.
Sin embargo, esta pasión también puede volverse obsesión, y ahí es donde los fandoms muestran su lado oscuro
Esta pasión puede convertirse en un arma de doble filo, provocando ataques poco saludables contra otros fans o incluso contra los propios ídolos, simplemente por no actuar o hacer lo que ellos esperan.
Además, fomenta rivalidades tóxicas que afectan la salud mental, como la conocida "guerra" entre los fandoms de BTS y Blackpink, que en ocasiones se traduce en mensajes de odio y montajes hirientes, incluso dirigidos a los artistas.
Está clínicamente comprobado que el odio está relacionado con rasgos fóbicos y obsesivos, lo que puede alterar la capacidad de percepción y juicio.
Las personas que se dejan llevar por esta obsesión y generan pensamientos de odio tienden a distorsionar la realidad, interpretando los estímulos de forma sesgada, lo que puede derivar en ideas irracionales o polarizadas