La peste bubónica, la misma enfermedad que mató a más de 50 millones de personas en la Europa del siglo XIV, ha vuelto a cobrar una vida en pleno 2025. Esta vez, el caso se registró en el condado de Coconino, al norte de Arizona, Estados Unidos
Patrice Horstman, presidenta de la Junta de Supervisores del condado, informó que una persona falleció recientemente por causa de esta infección.
Por respeto a la familia, no se revelaron más detalles sobre la identidad de la víctima ni las circunstancias del contagio.
Las autoridades locales no especificaron dónde pudo haberse adquirido la enfermedad, pero instaron a la población a tomar precauciones contra las pulgas, principales transmisoras del germen.
La peste bubónica se trata de una enfermedad infecciosa grave causada por la bacteria Yersinia pestis.
Esta bacteria vive principalmente en roedores pequeños -como ratas y ardillas- y en las pulgas que se alimentan de ellos.
La forma más común de contagio en humanos es precisamente a través de la picadura de pulgas infectadas.
Síntomas y riesgos
Una persona que contrae la peste bubónica puede presentar:
La peste puede propagarse al torrente sanguíneo o a los pulmones, lo que aumenta su letalidad. No existe una vacuna, pero con tratamiento antibiótico oportuno, la mayoría de los pacientes pueden sobrevivir
¿Cómo se contagia?
Entre los más vulnerables están gatos y perros domésticos, coyotes y gatos salvajes, quienes también pueden actuar como portadores y transmisores
Las tres grandes pandemias de la peste
Aunque suena a historia lejana, la peste bubónica ha dejado una huella profunda en la humanidad, con al menos tres grandes pandemias documentadas:
1. La Peste de Justiniano (541?549 d.C.)
2. La Peste Negra (1346?1353)
3. La Tercera Pandemia (1855?1959)
Durante siglos, la peste ha sido sinónimo de miedo, ignorancia y persecución
En ausencia de ciencia, florecieron los chivos expiatorios.
Muchos creían que ciertos grupos eran inmunes porque enfermaban menos, sin entender que sus prácticas higiénicas (como el lavado ritual o la dieta kosher) los protegían ligeramente.
Pero en vez de escuchar la ciencia, se impuso el odio.
No hay que preocuparse tanto como en el siglo XIV, pero sí hay que estar atentos. Aunque hoy existen antibióticos eficaces, la peste bubónica sigue circulando en regiones rurales de varios países, especialmente en el suroeste de EE. UU.