Zacatecas, Zac.- Las remesas que sostienen a miles de familias en Zacatecas se han reducido drásticamente ante la ola de deportaciones de paisanos en Estados Unidos. Este recurso, esencial para la supervivencia financiera de los municipios y del estado, enfrenta su peor crisis en cinco años.
Tras cinco años de un crecimiento imparable, donde las remesas pasaron de $1,202 millones de dólares (MDD) a más de $1,900 MDD, el 2025 marca el fin de la bonanza para Zacatecas. La tendencia se rompe: por primera vez en el quinquenio, se proyecta una caída real del 5.8%, retrocediendo a niveles de 2023 ($1,796 MDD).
José Luis Guardado Pérez, docente economista de la UAZ, explica la desaceleración: "El ritmo de la actividad económica en México, el ritmo de la inversión se ha reducido notablemente y esto nos está afectando en cuánto al empleo y en cuánto al crecimiento económico, tanto por el ritmo de la actividad económica en el mismo Estados Unidos como por la posibilidad de que los trabajadores migrantes puedan trabajar".
El Alto Costo de las Políticas Migratorias
Las políticas de deportación masiva tienen un costo directo. Se estima una pérdida de $224 millones de dólares respecto a lo esperado. La reducción de 1.9 millones de migrantes y el "ahorro por miedo" han retirado más de 2,000 millones de pesos de los mercados locales, golpeando el comercio en municipios receptores.
Iván Reyes Millán, Secretario del Zacatecano Migrante, enfatiza la contribución de los paisanos: "Nuestros paisanos es gente buena, es gente que trabaja, es gente que aporta a la grandeza de Estados Unidos, pero no nada más de Estados Unidos, también de México, porque ellos también nos ayudan con el tema de las remesas, están generando también inversiones aquí, empleos".
Dependencia Estructural Alarmante
La vulnerabilidad de Zacatecas es estructural. Las remesas representan casi el 11% del Producto Interno Bruto (PIB) estatal, el triple del promedio nacional. La desproporción es alarmante: por cada dólar que llega de inversión extranjera productiva ($131 MDD), ingresan casi 7 dólares de remesas familiares ($902 MDD), evidenciando que el estado exporta mano de obra para atraer capital.
"Si el consumo de las familias no aumenta o aún peor, se está reduciendo la actividad económica en esas regiones, en esos municipios, en esas cabeceras municipales, se está viendo afectada con toda seguridad", concluyó Guardado Pérez.
La dependencia es clara: Zacatecas no atrae capital para emplear a su gente, exporta a su gente para atraer capital. Con el freno en los envíos por el temor a las deportaciones, la economía de los municipios receptores corre el riesgo de secarse, demostrando que, sin el dinero del norte, la estabilidad del estado pende de un hilo.