Zacatecas, Zac.- Mientras las cifras del turismo convencional en Zacatecas muestran una preocupante tendencia a la baja, el turismo religioso se erige como el pilar más fuerte y con mayor potencial del estado. Impulsado por ser uno de los estados con más creyentes y por sus centros de fe -tanto tradicionales como sus nuevas esculturas gigantes-, este sector atrae a millones de personas, aunque su desarrollo es desigual.
Según Datatur, las visitas de turistas nacionales a Zacatecas han disminuido un 22% desde 2021, atrayendo solo 570 mil en 2023. Durante ese mismo año, el turismo extranjero cayó un 30% en comparación con 2022, con apenas 44 mil arribos.
"La mayoría de los peregrinos son gente que va a realizar gastos de forma limitada, no vienen a dilapidar sus ingresos como si anduvieran en un centro vacacional, pero aun así ayuda a las economías locales", señala el economista José Luis Guardado.
El turismo religioso en el estado se sostiene sobre dos pilares históricos que generan millones en derrama económica. El Santuario del Santo Niño de Atocha en Plateros, Fresnillo, es el principal atractivo, con una afluencia anual estimada de 1.5 a 2 millones de visitantes, generando hasta 400 millones de pesos al año. Le sigue el Templo de San Judas Tadeo en Villanueva, que atrae a 60 mil asistentes durante sus fiestas patronales.
Sin embargo, la apuesta por nuevas esculturas gigantes no ha replicado este éxito, pues carecen de la devoción histórica y la infraestructura. El Cristo de la Paz en Tabasco, con un costo de 30 millones de pesos, no ha tenido la explotación turística esperada. El Niño Dios Monumental en Zoquite, Guadalupe, tuvo un costo de 218 mil pesos y su afluencia anual es de apenas 10 mil a 20 mil personas.
"Villanueva y Plateros sí generan desplazamiento, pero estas nuevas figuras por sí mismas no generan ese desplazamiento", explica Manuel Alejandro Moreno Escobar, docente investigador en turismo. "Puede ser un atractivo muy importante, pero tendrían que formar parte de una serie de servicios que conforman el producto turístico, un ejemplo muy claro es lo que vemos nosotros en Aguascalientes en el cristo roto."
El gobierno federal estima que en el país hasta 40 millones de personas participan anualmente en peregrinaciones, y el turismo religioso representa una derrama de 20 mil millones de pesos al año. En este contexto, el Santuario del Santo Niño de Atocha en Plateros se encuentra entre los 10 más importantes del país, beneficiando a Zacatecas, cuyo PIB turístico ronda los 8,781 millones de pesos anuales.
"Si se busca tener algún flujo o incrementar flujos para ello, es necesario generar rutas, rutas consolidadas que estén con los servicios que se requieren para ello de alimentación, incluso en algunos casos de hospedaje, pero hacer acuerdos con operadoras nacionales o incluso internacionales", añade Moreno Escobar.
Ante la caída del turismo convencional, Zacatecas tiene en sus santuarios una oportunidad millonaria. Sin embargo, se requiere una inversión urgente en infraestructura, seguridad y la creación de rutas turísticas consolidadas que integren tanto la devoción tradicional como los nuevos atractivos monumentales.