Durante la temporada decembrina, las reuniones familiares, posadas y celebraciones con amigos aumentan de manera considerable, y con ellas también el uso desmedido de utensilios desechables. Aunque su practicidad suele ser el principal motivo para emplearlos, lo cierto es que estos materiales representan un grave daño para el planeta, especialmente cuando se trata de plásticos de un solo uso que pocas veces son biodegradables o amigables con el medio ambiente.
Expertos en materia ambiental han reiterado que el consumo masivo de vasos, platos, cubiertos, charolas y unicel durante las fiestas de fin de año incrementa notablemente la generación de residuos, muchos de los cuales terminan en rellenos sanitarios, ríos o espacios públicos, tardando décadas en degradarse y dejando consecuencias directas en flora, fauna y recursos naturales.
Además de la contaminación, el uso de desechables contribuye a la explotación de combustibles y recursos no renovables utilizados en su fabricación, generando una cadena de impacto ambiental que inicia desde su producción y continúa hasta su desecho.
Ante este panorama, especialistas y organizaciones ambientalistas sugieren replantear nuestros hábitos de consumo durante las fiestas. Una de las principales recomendaciones es optar por utensilios reutilizables que ya se tienen en casa. Incluso, proponen solicitar a cada invitado llevar su propio plato, vaso o cubiertos, lo cual además de ayudar al planeta, resulta una alternativa económica para los anfitriones.
Adicionalmente, se sugiere sustituir el unicel por materiales ecológicos, reducir envolturas plásticas en regalos y procurar separar los residuos generados durante los eventos.
En estas fechas, en las que la unión y solidaridad cobran especial valor, pequeños cambios pueden marcar una diferencia significativa. Frenar el uso de plásticos desechables no solo representa un ahorro económico, sino un paso firme hacia estilos de vida más responsables y respetuosos con el medio ambiente.