Los puercos, además de ser parte fundamental en la ganadería, también han encontrado un lugar especial en distintos hogares alrededor del mundo, donde son considerados mascotas debido a su inteligencia y carácter sociable, aunque pueda parecer extraño, en países como Estados Unidos o Inglaterra se han popularizado los llamados "puercos miniatura", pequeños cerdos domésticos que conviven dentro de casa como lo haría un perro o un gato.
El cuidado de los puercos requiere atención especial en su alimentación, higiene y espacio, son animales muy limpios si se les proporciona un entorno adecuado y aprenden rutinas con facilidad, ya que cuentan con una gran capacidad de memoria, entre sus curiosidades destaca que poseen un olfato sumamente desarrollado, lo que les permite ser usados incluso para rastrear.
En cuanto a su origen, los puercos domésticos tienen un estrecho vínculo con los jabalíes, especie silvestre de la cual descienden, aunque comparten muchas características físicas, el jabalí conserva un instinto más agresivo y salvaje, mientras que los puercos han sido adaptados a la convivencia con los seres humanos a lo largo de miles de años de domesticación.
Otro aspecto interesante es que los puercos también juegan un papel importante en la investigación científica y en estudios sobre comportamiento animal. Gracias a su inteligencia, se les reconoce la capacidad de resolver problemas y mostrar emociones complejas, lo que ha despertado un debate sobre su bienestar y la manera en que son tratados en la industria. Esta doble faceta, como animales de granja y como mascotas, los convierte en una especie única que refleja la estrecha y diversa relación entre humanos y animales.