Cada vez son más los jóvenes del estado y del municipio que se interesan y destacan en el ámbito deportivo, posicionando el nombre de La Piedad más allá del estado de Michoacán e incluso de México. Sin embargo, a pesar de los logros visibles y el crecimiento en el talento local, el reconocimiento y el apoyo institucional siguen sin estar a la altura del esfuerzo de los atletas.
Aunque los recursos destinados al fomento del deporte han existido históricamente, el verdadero problema radica en los malos manejos y la falta de transparencia en su distribución, lo que limita gravemente el acceso de los deportistas a oportunidades que podrían representar un antes y un después en sus carreras.
"No es fácil cuando quieres competir, pero no tienes con qué. A veces es más lo que batallas buscando apoyo que entrenando para representar dignamente a tu ciudad o a tu país", comenta el deportista local
Son muchos los casos en los que los jóvenes terminan recurriendo a rifas, ventas, donativos o incluso préstamos para poder representar a La Piedad en torneos, olimpiadas estatales o nacionales. La inversión privada y el patrocinio local se han convertido en una tabla de salvación, pero no siempre es suficiente ni equitativo.
Y aunque hay casos en los que los atletas logran llamar la atención de entidades públicas, conservar el apoyo también se convierte en una competencia aparte: llenar formatos, cumplir requisitos burocráticos, y sobre todo, lidiar con una falta de continuidad que muchas veces los deja fuera a medio camino.
Este panorama refleja una realidad compleja: el talento sí existe, el interés por el deporte va en aumento, pero sin una estructura sólida y confiable desde las instituciones, el camino se vuelve cuesta arriba para quienes desean representar a su comunidad y a su país.
En medio de este contexto, resulta urgente y necesario replantear el valor que tiene el deporte como una herramienta para la reconstrucción del tejido social. Practicar una disciplina no solo aleja a los jóvenes de entornos de riesgo, sino que también promueve valores como la constancia, el respeto, la salud y el trabajo en equipo.
Impulsar el deporte no debe ser un lujo, sino una política pública seria y accesible.