Elon Musk lanzó este fin de semana un ataque frontal contra la Unión Europea tras la sanción de 120 millones de euros impuesta a la red social X por incumplir la Ley de Servicios Digitales (DSA), encendiendo la polémica tecnológica y política internacional.
En una serie de publicaciones entre la noche del viernes y la mañana del sábado, Musk pidió directamente la "abolición" del bloque europeo y reclamó que la soberanía sea devuelta a los países individuales, argumentando que los gobiernos deben poder representar mejor a sus ciudadanos.
La controversia se intensifica luego de que el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, calificara la multa como un "ataque a EE.UU.", señalando que afecta no solo a X sino a todas las plataformas tecnológicas estadounidenses. Rubio advirtió además que "se acabaron los días de censurar a los estadounidenses en Internet", reforzando el respaldo político de Washington a Musk.
La Comisión Europea explicó que las infracciones de X incluyen:
Diseño engañoso de la marca de verificación azul.
Falta de transparencia en su repositorio publicitario.
Impedimento de acceso a datos públicos para investigadores.
Ahora, la empresa de Musk tiene 60 días hábiles para detallar las medidas que adoptará para cumplir con la DSA y evitar sanciones mayores.
Este conflicto se suma a la narrativa recurrente de la Administración Trump, que acusa a la UE de censura digital y de políticas que, según el informe de su segundo mandato, podrían afectar la estabilidad de la civilización europea.
Con más de millones de usuarios afectados, la disputa entre Musk y la UE no solo es económica, sino que se ha convertido en un debate global sobre poder tecnológico, libertad digital y soberanía nacional, posicionando a la red social X en el centro de la conversación internacional.