Entre la esperanza y la desconfianza ciudadana entre más patrullajes

En Zamora, Jacona y municipios aledaños se ha intensificado la presencia de unidades de seguridad como parte del Plan Michoacán por la Paz y la Justicia, estrategia que contempla el despliegue de 10,506 elementos en todo el estado. El arribo de más patrullas y efectivos ha modificado el paisaje urbano y, con ello, las percepciones ciudadanas.

Algunos habitantes reconocen un ligero alivio. Vecinos de colonias como Monte Olivo señalan que la frecuencia de los recorridos genera confianza. "Antes pasaban de vez en cuando, ahora los vemos más seguido y eso nos da seguridad. Si algo ocurre, podemos acudir a ellos de inmediato", comenta una residente.

No obstante, para otros la situación permanece inalterada. Comerciantes y trabajadores aseguran que la presencia policial no ha cambiado la dinámica cotidiana. "Ni más seguros ni más tensos, seguimos igual. Ya solo nos preocupamos por seguir viviendo", afirma un comerciante, reflejando una resignación que se ha instalado tras años de violencia e incertidumbre.

En el extremo opuesto, hay quienes perciben un ambiente más tenso. Un cocinero recuerda haber sido detenido sin motivo el año pasado y asegura que la desconfianza hacia los nuevos elementos persiste. "Ya no camino tranquilo, siento que pueden pararme de pronto como antes lo hicieron", relata.

La inquietud también se extiende a jóvenes trabajadores. Un repartidor comenta que, con la llegada de las fiestas decembrinas, aumenta la presión y el temor a abusos. "Aunque mi vehículo está en regla, me siento más tenso y a la defensiva. Muchos aprovechan su posición en estas fechas", señala.

Las opiniones reflejan un mosaico de experiencias: desde quienes agradecen la presencia de más patrullajes hasta quienes la consideran insuficiente o incluso amenazante. El despliegue de fuerzas, lejos de generar consenso, evidencia la complejidad de la relación entre ciudadanía y seguridad pública en la región.

En medio de expectativas, dudas y tensiones, la población de Zamora y Jacona continúa enfrentando el reto de vivir entre la esperanza de mayor protección y la persistente desconfianza hacia las instituciones encargadas de garantizarla.