Escuela multigrado: oportunidad educativa para hijos de voluntarias

El maestro Juan Luis Ochoa, licenciado en Pedagogía y maestro en Psicología Social, se desempeña como docente de la primaria multigrado del Consejo Nacional de Fomento Educativo (CONAFE) en Zamora, instalada en las instalaciones del Banco de Alimentos de la ciudad. Este programa federal busca atender comunidades con rezago educativo y social, ofreciendo alternativas de formación a niños y jóvenes que, de otro modo, quedarían fuera del sistema escolar.

En este caso, la mayoría de los alumnos son hijos de madres voluntarias del Banco de Alimentos. En un inicio, muchas de ellas no daban importancia a la educación formal y llevaban a sus hijos al banco durante sus actividades. La presencia del maestro Ochoa y la estructura de CONAFE han permitido que esos niños encuentren un espacio de aprendizaje digno y constante. El docente subraya que la filosofía del programa se basa en la participación comunitaria: cualquier persona con preparatoria concluida puede integrarse como instructor, siempre que exista vocación de servicio. Para él, la enseñanza no se limita a la figura del maestro frente al grupo, sino que se construye en la convivencia y las prácticas cotidianas. En las clases de lectoescritura, afirma, se han alcanzado los avances más relevantes.

La creación de esta escuela fue posible gracias a la iniciativa de Gaby Ramírez, trabajadora social del Banco de Alimentos. Al observar que los hijos de las voluntarias permanecían sin atención escolar, recordó su propia experiencia como instructora de CONAFE y decidió gestionar con la coordinación local la apertura de un espacio educativo. Su propuesta fue aceptada y, con el apoyo de la comunidad, se consolidó la primaria multigrado.

Hoy en día, el plantel atiende a más de 20 alumnos, quienes reciben formación básica en un entorno adaptado a sus necesidades. El proyecto ha demostrado que la educación puede surgir en lugares inesperados cuando existe voluntad y compromiso social. Además, ya se contempla la apertura de una secundaria multigrado, con el objetivo de garantizar la continuidad educativa y evitar la deserción escolar en este sector de la población.

La experiencia de Zamora evidencia cómo la articulación entre instituciones, voluntariado y programas federales puede generar soluciones concretas frente al rezago educativo. La labor del maestro Ochoa y el impulso de Gaby Ramírez son ejemplo de que la educación comunitaria no solo transmite conocimientos, sino que fortalece la identidad y abre oportunidades de desarrollo para niñas y niños en contextos de vulnerabilidad.