Japón ha alcanzado un hito en la medicina con el desarrollo de sangre artificial compatible con todos los tipos sanguíneos, una innovación que podría cambiar la forma en que se realizan las transfusiones. Investigadores de la Universidad Médica de Nara han trabajado en esta tecnología avanzada, abriendo nuevas posibilidades para mejorar la atención en situaciones críticas.
Bajo la dirección del profesor Hiromi Sakai, los expertos emplearon un enfoque basado en vesículas de hemoglobina, pequeñas estructuras que replican la función de los glóbulos rojos al transportar oxígeno sin riesgo de rechazo en los pacientes. A diferencia de la sangre convencional, esta versión sintética es completamente universal, ya que no posee antígenos que puedan generar incompatibilidad.
Uno de los mayores beneficios de este desarrollo es su durabilidad y facilidad de almacenamiento. Mientras que la sangre donada tradicional tiene un tiempo de vida de aproximadamente 42 días, la sangre artificial creada en Japón puede conservarse hasta dos años a temperatura ambiente y cinco años en refrigeración, lo que garantiza su disponibilidad en casos de emergencia.
Las pruebas clínicas iniciaron en 2022, con voluntarios sanos recibiendo transfusiones de entre 100 y 400 mililitros de esta sangre sintética. Aunque algunos participantes experimentaron efectos secundarios leves, los resultados preliminares han sido alentadores. Se espera que la tecnología esté lista para su aplicación práctica en 2030.
La llegada de esta innovación a México dependerá de diversos factores, como la regulación sanitaria, la inversión en tecnología médica y la cooperación con organismos internacionales. Dado que Japón prevé su implementación en 2030, es probable que México adopte esta tecnología en los años siguientes, especialmente en hospitales y situaciones de emergencia.
Este avance representa una esperanza para millones de personas que requieren transfusiones urgentes y tiene el potencial de transformar la medicina transfusional a nivel mundial.