El pasado 21 y 22 de noviembre, Zamora, Michoacán, celebró la festividad de Santa Cecilia, patrona de los músicos, en una tradición que se ha consolidado durante más de 70 años. La conmemoración tiene su origen en la iniciativa de los mariachis locales, quienes buscaban un espacio para celebrar su día y ser reconocidos en la llamada "calle de los mariachis". Los hermanos Zavala, junto con la familia Zamora, fueron pioneros en esta organización, al adquirir y traer la imagen de Santa Cecilia a la ciudad. Desde entonces, la figura permanece en el templo de Los Dolores, ubicado en las calles Verduzco y Ocampo, como símbolo de fe y unión para los músicos.
Las actividades iniciaron el 21 de noviembre con el tradicional recorrido de los gigantes de Galeana, figuras que recorrieron las principales calles de la ciudad: Amado Nervo, Madero Sur, Lerdo de Tejada y Michoacán. El desfile culminó en el templo de Los Dolores, donde se recogió la imagen de Santa Cecilia para trasladarla a la calle de los mariachis. Este recorrido, acompañado de música, familias y niños, se distingue por la presencia de los gigantes, personajes que representan figuras públicas en tono de sátira y crítica social, entre ellos líderes políticos y personajes internacionales.

El 22 de noviembre, la calle Amado Nervo se convirtió en el epicentro de la celebración. Los puestos de comida, juegos y el escenario principal dieron forma a un ambiente festivo que reunió a la comunidad. Los mariachis fueron protagonistas absolutos, con presentaciones de agrupaciones como Los Alacranes y Los Monarca, quienes mostraron su talento y años de trayectoria artística. La música, como elemento central, se convirtió en vehículo de identidad y orgullo para los asistentes.

La festividad de Santa Cecilia no solo representa un homenaje a los músicos, sino también un espacio de convivencia comunitaria que refuerza la tradición cultural de Zamora. Cada año, la celebración reafirma el papel de la música del mariachi como expresión de alegría, crítica y unión social, al tiempo que mantiene viva una tradición que ha trascendido generaciones. Con más de siete décadas de historia, la festividad se consolida como uno de los eventos más significativos de la ciudad, donde fe, arte y comunidad se entrelazan en honor a la patrona de los músicos.