Las celebraciones en torno al 12 de diciembre, día de la Virgen de Guadalupe, no solo tienen un profundo significado religioso y cultural, sino que también representan un motor económico para la ciudad. Comerciantes de la calle Corregidora y del mercado Hidalgo coinciden en que las peregrinaciones generan una mayor demanda de productos tradicionales, entre ellos huanengos, máscaras para la danza de los viejitos, rebozos y huipiles.
Aunque las ventas han sido ligeramente menores en comparación con el año pasado, los comerciantes mantienen expectativas positivas. Una vendedora de huanengos y huipiles señala que la tendencia es que los compradores realicen sus adquisiciones en los días más cercanos a la festividad, lo que asegura un repunte significativo. "La buena venta será la próxima semana", comenta con confianza, reflejando la experiencia acumulada en estas temporadas.
El impacto económico no se limita al comercio de textiles y artesanías. El sector transporte también registra un repunte importante. Autobuses, taxis y servicios de traslado reportan un incremento en la afluencia de usuarios, principalmente peregrinos que llegan desde comunidades vecinas. La expectativa es que la movilidad aumente aún más conforme se acerque la fecha del 12 de diciembre, cuando se concentra el mayor número de fieles.
En la plaza principal, comerciantes y prestadores de servicios han observado un crecimiento en la presencia de turistas y visitantes. Restaurantes, puestos de comida típica y vendedores de artesanías aprovechan la temporada para ofrecer sus productos, conscientes de que la tradición religiosa se convierte en una oportunidad para fortalecer la economía local.
La dinámica que generan las peregrinaciones refleja la estrecha relación entre cultura, fe y economía. Más allá de la devoción, estas celebraciones movilizan a miles de personas y activan sectores clave, desde el comercio hasta el transporte y la gastronomía.
En este contexto, las peregrinaciones se consolidan como un fenómeno que trasciende lo espiritual. Son una expresión de identidad cultural y, al mismo tiempo, un factor que dinamiza la economía de la región. Para los comerciantes y prestadores de servicios, estas fechas representan una oportunidad de crecimiento y de reafirmación de la tradición que da sentido a la vida comunitaria.
