La fe y el color guadalupano se sienten en La Piedad

• OLOR, COLOR Y FE: EL SANTUARIO SE VISTE DE FIESTA
• TODO LISTO PARA HONRAR A LA VIRGEN DE GUADALUPE EN LA PIEDAD 

Detrás de la profunda fe que mueve a cientos de peregrinos y creyentes durante estas fechas, también existe un mosaico de tradiciones, historias y personajes que dan vida a las fiestas patronales. Y si hay una celebración que reúne devoción, comercio, gastronomía, artesanía y una vibrante estampa popular, esa es la dedicada a la Virgen de Guadalupe.

En La Piedad, basta con recorrer el barrio del Santuario para sentir que la fiesta ya comenzó. En la confluencia de las calles Belisario Domínguez y 16 de Septiembre se respira esa singular mezcla de olores, colores y sonidos que solo este festejo puede producir. El aroma a antojitos se combina con el dulzor de los buñuelos y churros recién hechos, mientras que los tonos brillantes de las artesanías contrastan con el ir y venir de feligreses que buscan entrar al templo para agradecer o pedir favores.

Dentro del Santuario, la devoción se manifiesta en cada vela y cada plegaria. Afuera, la esperanza toma forma en los comerciantes que llegan desde distintos puntos del estado con la ilusión de obtener buenas ventas.

Entre ellos destaca la señora Patricia, artesana originaria de Cherán, quien desde los 9 años acude cada diciembre para ofrecer sus trajes típicos. Señaló que sus precios van desde los $250 hasta los $300 pesos, dependiendo del bordado y los detalles de cada prenda. Como cada año, invitó a la ciudadanía a consumir sus productos y apoyar a los artesanos que dedican horas de trabajo a cada una de sus piezas. "Ojalá este año sea mejor que el anterior. Venimos con mucha fe y con ganas de que la gente valore lo que hacemos", compartió emocionada.

Así, entre rezos, tradiciones y el vibrante colorido del comercio popular, el barrio del Santuario vuelve a convertirse en el corazón vivo de las fiestas guadalupanas en La Piedad. Desde hoy entre la devoción que guía a los creyentes y el trabajo de quienes encuentran en estas fechas un sustento, la fiesta guadalupana toma forma. Es un recordatorio vivo de que la tradición se construye tanto en los rezos como en los colores del mercado popular que rodea al Santuario, donde cada rincón guarda una historia lista para contarse.