En México y el mundo, las madres desempeñan múltiples roles esenciales: cuidadoras, proveedoras, educadoras y gestoras del bienestar familiar. Sin embargo, esta dedicación constante a los demás a menudo las lleva a descuidar su propia salud, especialmente la mental.
Las madres suelen anteponer las necesidades de sus hijos, parejas y padres, relegando su bienestar personal. Esta autoexigencia, combinada con la falta de apoyo y reconocimiento, puede derivar en trastornos como ansiedad, depresión y agotamiento emocional.
En México, se estima que entre el 9% y el 14% de las mujeres experimentan depresión durante el embarazo, y entre el 6.6% y el 24.6% en el posparto, según el Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz.
En Michoacán, la salud mental materna es una preocupación creciente. En 2023, se registraron 311 suicidios en el estado, de los cuales el 19.04% correspondieron a mujeres. Además, se reportaron más de 25,000 nuevos casos de depresión durante 2020, lo que refleja una tendencia alarmante.
Estos datos subrayan la necesidad de fortalecer los servicios de salud mental y de crear redes de apoyo específicas para las madres.
La salud mental de las madres no solo afecta su bienestar individual, sino que también influye directamente en el desarrollo emocional y psicológico de sus hijos. Una madre emocionalmente estable tiene más herramientas para criar hijos resilientes y funcionales. La Dra. Villaseñor aprovechó el espació para invitar a la población al Centro de Integración Juvenil, dónde pueden apoyarte y brindarte la atención que requieras.
Recuerda que "Una madre mentalmente sana es el pilar de una familia fuerte y el cimiento de una sociedad más saludable."
