México cerró la segunda colocación del año de instrumentos de deuda sostenible, una operación que reunió 26 mil 200 millones de pesos y que refuerza la estrategia del país para financiar proyectos con impacto social, ambiental y económico
La emisión combinó Bondes G y Bono S, dos instrumentos que han convertido a México en referente regional en finanzas sostenibles.
La operación atrajo una demanda de 48 mil 12 millones de pesos, casi el doble del monto colocado, lo que muestra el creciente interés -dentro y fuera del país- por instrumentos públicos vinculados a sostenibilidad.
Los recursos se distribuyeron así:

¿Qué son los Bondes G?
Los Bondes G son una especie de "préstamo" que el gobierno pide a inversionistas, pero con una tasa que cambia dependiendo de las condiciones del mercado.
Están:

En esta emisión se asignaron:
¿Y el Bono S?
El Bono S funciona como un bono tradicional:
La diferencia clave es que este bono está atado directamente a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Eso significa que el dinero debe destinarse a programas públicos que cumplan criterios ambientales, sociales o de gobernanza.

Es, en pocas palabras, un bono que financia proyectos con impacto y con resultados verificables.
¿En qué se usará este financiamiento?
La emisión respaldará parte de los Gastos Elegibles 2025, que incluyen proyectos como:

Todos ellos cumplen con el Marco de Referencia de los Bonos Soberanos ODS, que establece cómo deben medirse y reportarse los impactos