Este 28 de octubre, las ciudades de Jacona y Zamora celebran a San Judas Tadeo, patrono de las causas difíciles. Su figura, cada vez más presente en la vida cotidiana, convoca a cientos de personas que buscan consuelo, protección y respuestas en medio de contextos complejos.
Desde días antes, el santuario guadalupano comienza a llenarse de flores, veladoras y plegarias. La imagen del santo, vestida con túnica verde y dorada, recibe visitas constantes de creyentes que agradecen favores cumplidos o piden por salud, trabajo y seguridad. En distintos puntos de la ciudad, se organizan pequeñas peregrinaciones entre los vecinos de las colonias, algunas espontáneas, otras acompañadas por música de banda y danzantes, similares a las celebraciones del 12 de diciembre, pero pequeñas.
La devoción a San Judas ha crecido notablemente en México, y en Michoacán se ha arraigado con fuerza. Su popularidad se refleja en canciones, películas, imágenes y en la transmisión familiar de su culto. Pero más allá de lo cultural, su figura se ha convertido en refugio espiritual ante la violencia, la incertidumbre económica y la falta de oportunidades en sus creyentes.
En Zamora y Jacona, es común ver personas que hacen mandas, promesas o peregrinan con la imagen del santo en busca de alivio. La fe hacia San Judas no se limita a lo religioso: es también una expresión de resistencia, de búsqueda de sentido y de comunidad.
Hoy, su celebración no solo honra al apóstol si no también a una cuestión socio- cultural que sigue creciendo.
