El tianguis de los lunes en el Valle de Zamora se ha convertido en un referente de identidad y tradición para la región. Con más de veinte años de existencia, este espacio surgió como alternativa para quienes no alcanzaban a acudir al mercado dominical y, con el paso del tiempo, se consolidó como un punto de encuentro indispensable para familias y comerciantes.
La extensión del tianguis es notable: se despliega desde la Avenida Juárez Poniente, en el mercado de este lugar hasta la calle Gildardo Magaña , ocupando varias cuadras con una oferta diversa. Los visitantes pueden encontrar adornos para el hogar, herramientas, ropa, artículos para cama, frutas, verduras y una amplia gama de productos que responden a las necesidades cotidianas. Don Rey, comerciante con más de una década en el lugar, afirma que la variedad y la cercanía son factores que mantienen vivo el interés de la población.

La ubicación del tianguis es estratégica. Colonias como Ario, Lázaro Cárdenas, La Libertad y San José, entre otras, encuentran aquí una opción accesible sin necesidad de trasladarse hacia el centro de la ciudad o al tianguis de Las Fuentes los domingos. Este carácter descentralizador convierte al mercado del Valle en un motor económico y social, fortaleciendo la dinámica comercial de los barrios aledaños y ofreciendo oportunidades a pequeños comerciantes que dependen de este espacio para sostener sus ingresos.
Más allá de lo comercial, el tianguis también se distingue por su riqueza gastronómica. A principios de 2025 se llevó a cabo una remodelación en el área de alimentos, lo que revitalizó la experiencia de los visitantes y dio mayor impulso a la vida nocturna del lugar. Por las mañanas, los aromas de los tacos suaves de doña Margarita, quien lleva más de quince años en el tianguis, se mezclan con los sabores de antojitos, caldos y platillos típicos que acompañan la jornada de compras. Por las noches, el mercado cobra nueva vida, convirtiéndose en un espacio de convivencia donde la gastronomía se vuelve protagonista.

El tianguis de los lunes no solo representa un espacio de comercio, sino también un punto de cohesión comunitaria. Su permanencia durante más de dos décadas refleja la capacidad de adaptación y la importancia de descentralizar los servicios en una ciudad que continúa creciendo. Para los comerciantes, significa estabilidad y oportunidad; para los vecinos, un lugar cercano y confiable donde abastecerse y convivir. En suma, el tianguis del Valle de Zamora reafirma su papel como símbolo de tradición, economía y vida comunitaria.