En el marco de la XVI Conferencia Regional de la Mujer de la ONU, celebrada en México, mujeres que ejercen el trabajo sexual protestaron este miércoles para exigir que sus derechos y necesidades sean parte de las discusiones oficiales
Con mantas que decían "Respeto total al trabajo sexual" y "La esquina es de quien la trabaja", integrantes del colectivo Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer se manifestaron frente al Centro Cultural Universitario Tlatelolco, sede del evento regional.
Rosa Isela, vocera del colectivo, señaló que existe una confusión frecuente entre trabajo sexual y trata de personas.
"Son dos cosas muy diferentes", afirmó, y recalcó que el Estado ha fallado en garantizar oportunidades económicas, educativas y patrimoniales para las mujeres que ejercen este oficio
Elección y respeto
La activista subrayó que no todas las trabajadoras sexuales están en esta actividad por necesidad:
"Hay quienes han decidido hacer con su cuerpo lo que ellas quieran? y eso también debe respetarse".
Asimismo, pidió mirar el tema con perspectiva de género, recordando que el 85% de quienes ejercen el trabajo sexual son mujeres cisgénero, el 20% mujeres trans y el 5% hombres.
En este sentido, recordó que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), en la sentencia 112/2013, reconoció a las trabajadoras sexuales no asalariadas como sujetas de derecho para ejercer su labor
Invisibilización de mujeres trans
Mónica Sarmiento, activista trans, denunció que muchas mujeres trans no fueron incluidas en la agenda de la Conferencia.
Consideró que esto es una forma de violencia y discriminación, especialmente cuando ya existen sentencias que reconocen el derecho a la identidad de género.
Sarmiento criticó la postura de grupos feministas que excluyen a las trabajadoras sexuales y que incluso organizaron una manifestación alterna para oponerse a lo que llaman "prostitución".
Llamado a la inclusión y la dignidad
Durante el Foro Feminista previo a la Conferencia, Stacy Vázquez, de la Red LACtrans, advirtió que muchas mujeres -cis y trans- han muerto por falta de acceso a cuidados.
En un posicionamiento político, la activista guatemalteca que leyó el documento enfatizó la necesidad de estrategias inclusivas que reconozcan a todas las mujeres en su diversidad.
"No estamos aquí para defender rituales institucionales en grandes salones, sino para exigir vidas dignas, libres de toda forma de discriminación y violencia, con acceso a salud, educación, trabajo decente, sistemas de cuidado y protección social", concluyó