El Censo Económico 2024 del INEGI revela un panorama inquietante: México alcanzó 5 millones 468 mil unidades económicas, pero por cada empresa formal que nace, surgen más de tres informales, lo que refleja un modelo de crecimiento frágil, con baja productividad, salarios precarios y enormes retos para la competitividad.
"Aquí tenemos estos datos de los 4 últimos censos: en 2008, 3.7 millones de unidades económicas; en 2013, 4.2; en 2018, 4.8; y en 2023, 5 millones 468 mil", explicó Susana Pérez Cadena, directora general de Estadísticas Económicas del INEGI.
A simple vista, el crecimiento parece una buena noticia. Sin embargo, los detalles revelan una alerta roja: de las 668 mil nuevas empresas creadas entre 2018 y 2023, solo 155 mil son formales; el resto, 512 mil, operan en la informalidad.
"Es algo negativo porque, aunque las personas están ocupadas realizando alguna actividad, lo hacen con muy baja productividad, generalmente en establecimientos pequeños, evadiendo impuestos y sin prestaciones", advierte Rodolfo de la Torre, economista por el ITAM.
La trampa de la informalidad
La tasa de informalidad subió de 62.6% a 64.3%, afectando el sistema fiscal, la productividad y la generación de empleo digno.
"La informalidad es una barrera estructural a la integración productiva y una respuesta a la falta de trabajo formal", afirma Vicente Magaña, vicepresidente del Consejo de Empresas Globales.
Hoy, 21.4% del empleo total es informal, dejando a millones de personas sin seguridad social, contratos ni derechos básicos. Para muchos mexicanos, optar por la informalidad significa flexibilidad y, en ocasiones, mejores ingresos inmediatos, pero a costa de su futuro.
"En muchas ocasiones, las personas tienen que escoger entre un trabajo formal, con jefe y horario, o un puesto informal con más flexibilidad y, en pesos y centavos, mejor flujo en la bolsa", detalla Beatriz Robles, directora de operaciones de Manpower.
Microempresas: el corazón económico que no puede crecer
El 95.4% de las unidades económicas en México son microempresas y generan 41.4% del empleo. Sin embargo, pocas logran crecer o formalizarse: enfrentan inseguridad, falta de financiamiento, bajos salarios y presiones inflacionarias.
"Pocas empresas logran crecer, las microempresas siguen siendo dominantes desde hace una década y la estructura empresarial está prácticamente estancada", reconoce Vicente Magaña.
El acceso a financiamiento es un muro infranqueable: solo 10.1% de las microempresas obtuvo crédito en 2023, contra 11.6% en 2018. En contraste, 32.2% de las grandes empresas sí acceden a financiamiento.
"Las microempresas lideran el crecimiento, pero enfrentan barreras; una de ellas es el acceso al financiamiento. Tenemos claramente en México un problema estructural en este tema", subraya Ana María Aguilar, directora ejecutiva del Consejo Mexicano de Negocios.
Esta precariedad también se refleja en los salarios: un trabajador de microempresa gana en promedio 94 mil pesos anuales, frente a 151 mil en pymes y 240 mil en grandes compañías.
Inseguridad y extorsiones: otro freno al desarrollo
La violencia es otro obstáculo: 34.4% de las empresas identifican la inseguridad como su mayor problema, con casos de asaltos, fraudes, extorsiones y cobro de derecho de piso.
"También tenemos a buena parte de la población que está pagando derecho de piso", denuncia el economista Víctor Valdivia.
La situación ha escalado a niveles críticos: líderes empresariales que denunciaron extorsiones han sido asesinados en algunos estados, lo que genera miedo y frena las inversiones.
El rezago tecnológico y la brecha regional
Por primera vez, el Censo Económico evaluó la adopción tecnológica: solo 23% de las 5.4 millones de empresas utiliza herramientas digitales y menos del 3% emplea tecnologías avanzadas como inteligencia artificial o robótica.
"El 84% de las empresas usa tecnología digital, pero la mayoría en funciones poco complejas. Hay una gran oportunidad para que la adopción tecnológica impacte en el valor agregado", explica Vicente Magaña.
La falta de digitalización impide aumentar la productividad y, con ello, los salarios. Para Joana Chapa, directora de la Facultad de Economía de la UANL, la solución es clara:
"Si invertimos en ciencia y tecnología, se genera un círculo virtuoso: mayores salarios, mayores utilidades y mayor recaudación".
A esto se suma la desigualdad regional: cinco entidades ?CDMX, Estado de México, Nuevo León, Jalisco y Guanajuato? concentran el 50% del valor agregado nacional, mientras que muchas regiones siguen rezagadas.
"La concentración del valor agregado en cinco estados acentúa la migración y provoca la subutilización de talento en gran parte del país", advierte Magaña.
Brecha de género: talento desaprovechado
Aunque las mujeres representan el 50% de la fuerza laboral en microempresas, su presencia en pequeñas, medianas y grandes compañías es mucho menor.
"Tenemos un desperdicio de talento: muchas mujeres están en trabajos no remunerados o dedicadas a cuidados, cuando deberían participar en condiciones más equitativas", denuncia Ana María Aguilar.
El gran desafío: formalidad, seguridad y tecnología
El Censo Económico 2024 es un llamado urgente. México necesita una estrategia integral que impulse:
El país enfrenta una disyuntiva: seguir creciendo sobre bases frágiles e informales o construir un modelo que fomente la productividad, la inversión y el desarrollo sostenible.