La inversión extranjera directa (IED) en el mundo cayó por segundo año consecutivo, y América Latina no fue la excepción. Sin embargo, hay sectores que muestran músculo a pesar del contexto adverso
En 2024, la inversión extranjera directa mundial se redujo un 11%, según el informe más reciente de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD).
Esta caída confirma que los flujos de capital productivo -los que llegan para crear empleos y construir industrias- se están desacelerando a nivel global.
En nuestra región, América Latina y el Caribe, la inversión extranjera disminuyó un 12%, quedando en 164 mil millones de dólares. Aun así, algunos países y sectores muestran señales de resistencia que no deben pasar desapercibidas.
¿Por qué está cayendo la inversión?
UNCTAD señala tres factores clave:
A esto se suma un clima financiero incierto, con riesgos altos que generan desconfianza entre inversionistas.
"Demasiadas economías se están quedando atrás, no por falta de potencial, sino porque el sistema aún canaliza el capital donde es más fácil, no donde más se necesita", advirtió Rebeca Grynspan, secretaria general de UNCTAD.
¿Cómo le fue a América Latina?
¿Y las inversiones nuevas?
Las llamadas inversiones greenfield ?cuando empresas abren operaciones desde cero? aumentaron en número y valor. Están motivadas principalmente por sectores como:
Argentina y Brasil se destacaron en este rubro, sobre todo con proyectos en energía.
Menos fusiones, menos infraestructura
Mientras tanto, las fusiones y adquisiciones transfronterizas se redujeron drásticamente, lo mismo que la financiación internacional para grandes proyectos de infraestructura.
Las únicas excepciones notables fueron el Caribe, y países como Brasil, Chile, Jamaica, Perú y Uruguay, donde siguen llegando inversiones en energía solar, litio, hidrógeno y combustibles verdes.
¿Y ahora qué?
Aunque el panorama global es complicado, no todo está perdido. Según UNCTAD, si los gobiernos logran alinear la inversión privada con metas de desarrollo, es posible transformar la incertidumbre actual en una oportunidad de crecimiento estable y sostenible.
"Con confianza en el sistema, los mercados pueden aportar escala, estabilidad y predictibilidad", concluye Grynspan
Este informe es una llamada de atención, sí, pero también un recordatorio: el potencial está ahí. Lo que falta es canalizar mejor el capital.