Un espectáculo poco común iluminó el cielo de México la noche del 11 de noviembre, cuando habitantes de estados del norte como Zacatecas, Chihuahua y Nuevo León captaron impresionantes auroras boreales.
A través de videos y fotografías compartidas en redes sociales, los ciudadanos mostraron cómo el firmamento se tiñó de tonos verdes, violetas y rosados, un fenómeno que pocas veces se observa en latitudes tan bajas.
Según el Centro de Predicción del Clima Espacial de la NOAA, el origen de este suceso fue una tormenta geomagnética de nivel G4, considerada severa. Esta se produjo por una eyección de masa coronal del Sol, es decir, una gran nube de plasma y radiación que impactó directamente con el campo magnético terrestre.
Aunque las imágenes resultaron espectaculares, los especialistas advirtieron que la tormenta podría generar interferencias en las telecomunicaciones, sistemas GPS, redes eléctricas y satélites.

Una tormenta geomagnética ocurre cuando el viento solar interactúa con la magnetosfera terrestre, liberando una gran cantidad de energía que altera el campo magnético del planeta. Este tipo de fenómenos son más frecuentes durante el máximo solar, una etapa de alta actividad en el ciclo de 11 años del Sol. Actualmente, dicho ciclo se encuentra cerca de su punto más intenso, previsto para 2025, lo que explica la frecuencia creciente de estos eventos.
Las auroras boreales suelen observarse en regiones cercanas a los polos, donde las partículas solares son atraídas hacia la atmósfera polar. Sin embargo, cuando una tormenta solar es especialmente potente, esas partículas pueden desplazarse hacia zonas más al sur.
De ahí que este fenómeno fuera visible en México, algo que no ocurría con tal intensidad desde hace décadas. El Instituto de Geofísica de la UNAM explicó que la actividad solar extrema comprime la magnetosfera terrestre, permitiendo que los gases atmosféricos emitan luz visible incluso en lugares alejados del Ártico.
Aunque ver auroras boreales no representa peligro para la salud, los expertos advierten que este tipo de tormentas puede afectar la infraestructura tecnológica del planeta. National Geographic señala que las variaciones electromagnéticas pueden causar interferencias en satélites, interrupciones en las comunicaciones de radio y GPS, e incluso sobrecargas en redes eléctricas. En 1989, un evento similar provocó un apagón generalizado en Quebec, Canadá, lo que demuestra el alcance potencial de estos fenómenos.

En México, algunas empresas de telecomunicaciones y energía activaron protocolos preventivos ante la posibilidad de fallos temporales en sus sistemas. La UNAM también emitió un comunicado en el que alertó sobre posibles afectaciones menores en servicios satelitales y de internet, aunque destacó que no hay riesgo directo para la población.
Los astrónomos han identificado a la región solar AR4274 como la responsable de la reciente eyección de masa coronal. Esta zona, especialmente activa, ha generado múltiples llamaradas solares en los últimos días, una de ellas entre las más fuertes registradas en el ciclo solar actual.
Mientras tanto, miles de personas en México aprovecharon la oportunidad de presenciar un fenómeno que normalmente pertenece a los cielos del norte del planeta. Aunque breve, la aparición de las auroras boreales sobre el país dejó una estampa histórica y un recordatorio del poderoso vínculo entre la Tierra y el Sol.