Las negociaciones de la COP30 comenzaron oficialmente este lunes en Belém, Brasil, tras una cumbre de líderes que cerró la semana pasada con nuevos llamados a una transición ecológica justa y, sobre todo, a acciones más eficaces para frenar la degradación ambiental.
La conferencia busca marcar un punto de inflexión en la lucha contra el cambio climático, con la atención puesta en compromisos tangibles y en el financiamiento sostenible.
Durante las dos primeras jornadas, la cumbre se centrará en temas como adaptación, infraestructura, ciudades sostenibles, agua, residuos, gobiernos locales, bioeconomía, economía circular, ciencia, tecnología e inteligencia artificial, elementos que serán clave para definir la hoja de ruta hacia una economía global más verde.
Una de las principales iniciativas que ha generado atención internacional es el Fondo para la Conservación de los Bosques Tropicales, impulsado por Brasil. Este fondo, respaldado ya por más de 50 países, propone sustituir el modelo de donaciones por inversiones a largo plazo destinadas a proteger los bosques tropicales y fomentar su manejo sostenible.
Hasta ahora, la propuesta ha recibido compromisos por miles de millones de dólares de distintos gobiernos y organismos internacionales.

En paralelo, la ONU-REDD, el programa de Naciones Unidas para reducir emisiones derivadas de la deforestación, presentó cinco nuevos documentos enfocados en la gestión sostenible de los bosques. Entre ellos destacan la Evaluación de recursos forestales 2025, el Estado de las finanzas para los bosques 2025, y la Revista sobre mercados de carbono forestal, con el objetivo de fortalecer las políticas ambientales en los países en desarrollo.
La presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, recordó que casi la mitad de la electricidad en la Unión Europea ya proviene de energías renovables, como muestra de que la región "mantiene el rumbo" del Acuerdo de París, que cumple ahora diez años desde su firma.
El presidente anfitrión, Luiz Inácio Lula da Silva, se ha convertido en una de las figuras centrales del evento. En su discurso, advirtió que "la ventana de oportunidad para actuar se está cerrando rápidamente" y aseguró que esta será "la COP de la verdad", subrayando que la energía limpia representa la oportunidad económica del siglo XXI.
Sin embargo, Lula enfrenta críticas de organizaciones ambientalistas por autorizar nuevas extracciones petrolíferas en áreas amazónicas, iniciadas en octubre, lo que ha generado un debate sobre la coherencia de las políticas ambientales de Brasil. Aun así, el mandatario defendió que el país busca equilibrar desarrollo económico y sostenibilidad, un reto que define el espíritu de esta COP30.
La cumbre de Belém se perfila como una de las más decisivas de los últimos años, no solo por el contexto climático global, sino porque pondrá a prueba la voluntad real de los gobiernos para transformar sus compromisos en acciones concretas que aseguren el futuro del planeta.