La Casa Blanca comenzó este viernes con el despido temporal de cientos de empleados federales, tras no lograrse un acuerdo en el Congreso para financiar al Gobierno de Estados Unidos, que enfrenta su segundo cierre parcial en menos de dos años.
Según fuentes oficiales, las primeras notificaciones fueron enviadas a personal administrativo, de mantenimiento y comunicación, mientras que solo permanecerán en funciones los trabajadores considerados "esenciales", como agentes de seguridad, personal médico y de defensa nacional.
La medida responde al estancamiento entre republicanos y demócratas sobre el presupuesto federal para el año fiscal 2026. El principal punto de conflicto sigue siendo el gasto en programas sociales y el financiamiento de proyectos de infraestructura impulsados por la administración de Donald Trump.
El cierre afecta ya a más de 800 mil empleados públicos, quienes no recibirán salario mientras dure la parálisis gubernamental. Algunos parques nacionales, museos y oficinas de atención al público han cerrado sus puertas, y se prevé que los retrasos en trámites federales como pasaportes y visas aumenten en los próximos días.
Expertos advierten que, si la crisis presupuestaria se prolonga, podría tener consecuencias económicas significativas, afectando el consumo interno y los mercados financieros.
Mientras tanto, líderes del Congreso intentan reanudar las negociaciones para aprobar un paquete de financiamiento provisional que permita reabrir el Gobierno en las próximas semanas.