Casa Blanca niega redadas migratorias ligadas al Super Bowl

La portavoz presidencial Karoline Leavitt aseguró este viernes que no existen planes concretos de redadas migratorias ligadas al Super Bowl, pese a los rumores surgidos en los últimos días

"Hasta donde sé, no hay un plan tangible para eso en este momento", afirmó en rueda de prensa. Aun así, subrayó que la administración de Donald Trump continuará con la política de detener y deportar a personas indocumentadas "cuando las encontremos".

La polémica se avivó tras confirmarse que Bad Bunny será el artista principal del espectáculo de medio tiempo el próximo 8 de febrero en Santa Clara, California.

Su elección despertó indignación entre sectores conservadores que reprochan al cantante su postura crítica hacia las políticas migratorias de Trump y su apoyo abierto a la demócrata Kamala Harris en la elección pasada

Advertencias y reproches

El asesor del Departamento de Seguridad Nacional, Corey Lewandowski, llegó a sugerir que el ICE podría desplegar agentes alrededor del estadio, al señalar que "no hay ningún lugar donde se pueda brindar refugio a quienes se encuentran en este país ilegalmente".

También cuestionó la decisión de la NFL al elegir al artista puertorriqueño: "Es una vergüenza que hayan decidido elegir a alguien que parece odiar tanto a Estados Unidos para representarlos en el descanso del partido".

Un artista que incomoda a Trump

No es la primera vez que el intérprete utiliza su figura pública para confrontar a la administración republicana.

En su música ha defendido a la comunidad latina y en su última gira mundial, titulada ?DeBÍ TiRAR MáS FOToS World Tour?, dejó fuera a Estados Unidos como forma de protesta por las redadas migratorias.

El Super Bowl suele ser un escaparate deportivo y cultural seguido por millones en todo el mundo, superando cada año los 100 millones de espectadores, pero este año llega cargado de tensiones: mientras Bad Bunny marcará un hito como primer latino en presentarse en solitario en el medio tiempo, el evento también se ha convertido en una nueva arena de choque entre el cantante y los seguidores más cercanos a Trump.