China y Estados Unidos lograron un acuerdo importante: durante 90 días bajarán mucho los impuestos que se ponían en sus productos, para mejorar su relación
A partir de este pacto, Estados Unidos rebajará los aranceles sobre productos chinos del 145% al 30%, mientras que China hará lo propio con los productos estadounidenses, bajando sus gravámenes del 125% al 10%.
Este alivio arancelario beneficia sectores clave como la electrónica, la agricultura, la automoción y los equipos industriales, y se espera que reduzca los costos para consumidores y empresas, al tiempo que estabiliza las cadenas de suministro globales.
La decisión de recortar los aranceles surge tras intensas negociaciones celebradas en Ginebra y representa una desescalada temporal en una guerra comercial que había generado gran incertidumbre en los mercados internacionales.
China, en su intervención ante la Organización Mundial del Comercio (OMC), instó a los países miembros a mantener la calma frente a las perturbaciones generadas por las tensiones arancelarias y a garantizar que el grueso del comercio mundial ?el 87% que aún no ha sido afectado? continúe operando conforme a las reglas establecidas por la OMC.
Pekín ha subrayado que, aunque la negociación bilateral puede ser útil para resolver disputas, estas deben desarrollarse dentro del marco normativo internacional
Además, China ha dejado claro que, ante medidas unilaterales y presiones externas, tomará acciones firmes para proteger sus derechos e intereses, pero siempre defendiendo la equidad y la justicia en el comercio global.
Por su parte, la delegación estadounidense en la OMC ha señalado que el sistema comercial actual no ha logrado afrontar los desafíos recientes, como los desequilibrios comerciales, y ha llamado a una reforma que involucre a todos los miembros, especialmente a quienes se han beneficiado de las deficiencias del organismo.
A pesar de la tregua, la relación entre Washington y Pekín sigue marcada por la desconfianza y las diferencias en temas estratégicos, como la seguridad y el acceso a tecnologías avanzadas. Expertos internacionales consideran que esta pausa en los aranceles es vista por China como una estrategia temporal de Estados Unidos, más que como un cambio de fondo en su política hacia el gigante asiático.
Por ello, ambas partes se preparan para un periodo prolongado de competencia, conscientes de que el acuerdo actual es solo un paso en un proceso más amplio y complejo
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