La llegada de María Corina Machado a Oslo (donde fue reconocida con el Premio Nobel de la Paz) estuvo rodeada de secretismo y riesgos poco comunes.
Este jueves 11 de diciembre, la líder opositora venezolana confirmó que contó con apoyo del gobierno de Estados Unidos para lograr su salida de Venezuela.
"Sobre si he recibido apoyo del gobierno de Estados Unidos para que yo pudiera llegar a Oslo, la respuesta es sí", declaró Machado ante periodistas en la capital noruega.
No ofreció más detalles, aunque en una rueda de prensa junto al primer ministro Jonas Gahr Støre agradeció "a todos esos hombres y mujeres que arriesgaron sus vidas" para que pudiera estar presente.
Cabe destacar que Machado reiteró que su "deber" era recoger el premio en nombre de los venezolanos.
"Pronto estaré de vuelta en Venezuela y sé que muy pronto ustedes también", dijo en el Instituto Nobel Noruego, aludiendo a los exiliados.
Aunque aseguró que regresará "lo antes posible", no precisó fecha ni explicó cómo será su retorno.
Por ahora, adelantó que aprovechará su estancia para reunirse con familiares y amigos, realizar consultas médicas y sostener encuentros políticos antes de regresar.

Operación bajo estricta confidencialidad
La BBC informó que la operación estuvo rodeada de tal hermetismo que ni siquiera el Instituto Nobel sabía dónde se encontraba o si llegaría a tiempo para la ceremonia, en la que finalmente fue representada por su hija, Ana Corina Sosa.
El Wall Street Journal reveló más detalles: según sus fuentes, Machado se disfrazó, logró pasar diez controles militares sin ser detectada y salió del país en una lancha de madera desde un pueblo pesquero. El plan tomó dos meses de preparación y contó con el apoyo de una red venezolana especializada en ayudar a personas a huir del país.
El trayecto: de una salida marítima a un vuelo intercontinental
De acuerdo con analistas, su escape comenzó el martes con una salida marítima hacia Curazao, en medio de un fuerte despliegue de vigilancia del gobierno de Nicolás Maduro. Durante semanas hubo dudas sobre su presencia en Oslo, pues Machado llevaba meses sin apariciones públicas y enfrentaba restricciones de movilidad, según EFE.
El tramo aéreo sí quedó registrado. Plataformas como FlightRadar24 y FlightAware confirmaron que el avión privado que la trasladó despegó el miércoles desde Curazao, a solo 65 kilómetros de la costa venezolana.

La aeronave (un Embraer Legacy 600 con capacidad para trece pasajeros, matrícula mexicana y operada por JetVip Business Aviation) había partido el martes de Miami Opa Locka Executive Airport con destino a Willemstad, donde pasó la noche antes de recoger a Machado. El Instituto Nacional de Migración (INM) de nuestro país aclaró que no pasó por territorio mexicano.
El primer vuelo, de poco más de cuatro horas, la llevó hasta el Aeropuerto Internacional de Bangor, en Maine, para una escala técnica. Luego inició un tramo final de seis horas y 24 minutos rumbo a Oslo Gardermoen, donde aterrizó cerca de la medianoche del miércoles, al término de un recorrido de casi 9 mil kilómetros.

Un recibimiento simbólico en Oslo
Ya en territorio noruego, Machado apareció en el balcón del Grand Hotel de Oslo, donde la esperaban familiares, aliados internacionales y decenas de venezolanos que desafiaron el frío para saludarla. Su presencia, aunque tardía para la ceremonia oficial, disipó semanas de incertidumbre y confirmó que había logrado burlar los controles que impedían su salida del país.