Cuando la lluvia golpea: El drama urbano en temporada
El temporal de lluvias ya comenzó en distintos puntos del país, trayendo consigo un ligero respiro tras los días de calor que azotaron varias regiones
Para algunos, como los agricultores, este fenómeno representa alivio; sin embargo, para otros, es sinónimo de desastre
Viviendas inundadas, accidentes y socavones son solo algunas de las afectaciones que cada año deja la temporada de lluvias. Pero, ¿por qué ocurre esto?
Las inundaciones se deben a una combinación de factores naturales -como la geografía del terreno- y humanos, como la urbanización desordenada o la deforestación.
En primer lugar, la propia geografía de muchas ciudades dificulta el drenaje natural del agua. Terrenos con pendientes pronunciadas o cuencas cerradas, por ejemplo, impiden que el agua fluya adecuadamente.
A esto se suma la pérdida de cobertura vegetal: la deforestación reduce la capacidad del suelo para absorber agua, aumentando el escurrimiento superficial.
De acuerdo con datos recopilados en 2021, se registraron 1,279 eventos de inundación en el país, que afectaron a aproximadamente 72,864 personas, 248 comunidades, 43 localidades, 1,813 colonias, 64,141 viviendas, 96 comercios, 11 escuelas y 2,280 hectáreas de cultivo
Por otro lado, la urbanización desordenada también es un factor determinante. La construcción en zonas de riesgo -como riberas o laderas- incrementa la vulnerabilidad, mientras que la pavimentación masiva con concreto y asfalto impide la absorción del agua, obligándola a acumularse en zonas urbanas.
Pero eso no es todo: la falta de cultura cívica también juega un papel importante. El mal manejo de residuos genera una acumulación de basura que termina obstruyendo coladeras y canales, disminuyendo su capacidad de drenaje.
Un ejemplo claro es León, Guanajuato. El director del Sistema Integral de Aseo Público (SIAP) reportó a Meganoticias de la recolección de al menos 203 toneladas de basura en lo que va de la temporada de lluvias, el equivalente a 20 camiones urbanos repletos de desechos
Los sistemas de drenaje y su antigüedad juegan un papel crucial en los desastres provocados por las tormentas.
En la Ciudad de México, la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo reveló que parte del sistema de drenaje incluye infraestructura histórica que data de entre 1608 y 1789, además de componentes "modernos" construidos entre 2008 y 2019.
En Monterrey, el sistema de drenaje comenzó a desarrollarse en 1956 y actualmente cuenta con 8,288 km de alcantarillas.
Por su parte, en Guadalajara, el Sistema Intermunicipal de Agua Potable y Alcantarillado (SIAPA) informó que el 19% de los 8,589 km de líneas de drenaje necesita ser reemplazado.
Algunas tuberías tienen hasta 80 años de antigüedad; además, el 70% del sistema tiene más de 30 años y el 5% supera los 80 años de uso.
En estas ciudades, el drenaje mezcla aguas negras y de lluvia. Es más barato, pero cuando llueve mucho, se llena y puede soltar aguas sucias sin tratar
Cuando el agua sube por coladeras y canales tapados, el peligro va más allá de las pérdidas materiales.
En Chiapas, la Secretaría de Protección Civil informó el pasado martes la muerte de una persona en situación de calle en San Cristóbal de las Casas. La víctima, que dormía en la vía pública en estado de ebriedad, no se percató de la creciente del agua, lo que provocó su ahogamiento durante una fuerte lluvia.
Y es que la percepción de que la lluvia es sinónimo de desastre parece estar cada vez más arraigada en muchas regiones del país. Así lo expresó Lourdes Díaz, residente de la colonia Pesqueira en Sonora, en entrevista con Meganoticias:
"Vivimos con el Jesús en la boca. Nomás nos dicen que viene un huracán o caen las primeras lluvias, y ya sabemos que nos vamos a inundar", afirmó Díaz
La acumulación de agua también aumenta el riesgo de accidentes en motocicleta.
De acuerdo con Miguel Ángel García Chimal, coordinador de Socorros de la Cruz Roja en Toluca y Metepec, se han atendido 23 accidentes relacionados con el aceite derramado en calles y avenidas, el cual, al mezclarse con el agua de lluvia, provoca derrapes.
Esto representa un aumento del 10% en accidentes durante la temporada de lluvias
Para prevenir inundaciones, diversas ciudades llevan a cabo trabajos de desazolve, es decir, limpian y desobstruyen tuberías, drenajes y sistemas de alcantarillado, eliminando sedimentos, basura y otros residuos que bloquean el flujo del agua.
Estas labores también incluyen la limpieza de canales y vasos reguladores, con el objetivo de reducir el riesgo de anegaciones.
Aunque en papel suena tan simple como "limpiar", en realidad este tipo de trabajos requiere una gran inversión. Solo en Guadalajara, por ejemplo, se destinarán 24 millones de pesos a estas acciones preventivas.
Entre las soluciones, tenemos que, países como Países Bajos y España han apostado por sistemas de drenaje integrados con espacios verdes, lo que permite absorber el exceso de agua de forma más eficiente y sustentable, sin tener que invertir cantidades considerables al año
La responsabilidad es de todos, pero el cambio empieza por lo que hacemos día a día. No podemos seguir esperando soluciones si no ponemos de nuestra parte.
No está de más depositar la basura en su lugar, barrer el frente de nuestras casas y, por qué no, reportar coladeras tapadas al 911. Son acciones que solo toman unos minutos, pero pueden hacer una gran diferencia.
Las lluvias no son el problema; lo son la falta de prevención, la mala planeación y el abandono de sistemas que ya no funcionan.
Si queremos evitar que las mismas historias de desastre se repitan, es momento de actuar con responsabilidad y exigir lo que realmente hace falta
