La vida fitness en México ya no es una moda, es una realidad que mueve miles de historias y millones de pesos.
Lo que antes parecía un lujo exclusivo para atletas de alto rendimiento hoy está al alcance de cualquiera que tenga un poco de disciplina y motivación. Basta con mirar alrededor: los gimnasios se multiplican, las tiendas de ropa deportiva llenan escaparates y las redes sociales están inundadas de rutinas, consejos y recetas que prometen resultados visibles en poco tiempo.
Para muchos, entrenar es mucho más que ir al gimnasio. Significa organizar horarios, ajustar la alimentación, invertir en suplementos, buscar asesoría profesional e incluso modificar la vida social. Es un compromiso que exige tiempo, energía y, sobre todo, dinero. Porque en el mundo del fitness, el bienestar también tiene precio.
El ejercicio se ha convertido en una inversión personal. Ya no se trata solo de sudar frente a las pesas, sino de construir un estilo de vida que combina salud, estética y motivación.
Y en ese camino, cada persona decide cuánto está dispuesta a gastar: desde quienes se inscriben en gimnasios básicos hasta quienes destinan miles de pesos en entrenadores, clases privadas y productos especializados.
Lo que cuesta mantenerse en forma
Las cifras hablan por sí solas.
De acuerdo con el "Sondeo telefónico sobre costos de gimnasio tradicional", realizado por la PROFECO a 507 establecimientos en todo el país, la mensualidad promedio para entrenar en un gimnasio es de $570.25 pesos.
La mayoría (62.6%) cobra entre $301 y $600. Sin embargo, ese es solo el boleto de entrada: a la mensualidad se le suman cuotas de inscripción (presentes en el 42% de los gimnasios), posibles pagos de mantenimiento y, en algunos casos, membresías adicionales que pueden superar los $2,000 pesos.
Los servicios que se ofrecen también varían. Aunque casi todos los gimnasios cuentan con pesas y aparatos cardiovasculares, menos de la mitad incluyen estacionamiento y solo un pequeño porcentaje ofrece beneficios como vapor o alberca. Para muchos, lo que se paga no solo es el acceso, sino la comodidad y la experiencia completa.
Aarón Zaldivar, quien lleva dos años entrenando, comparte que el gasto puede volverse considerable: "Actualmente mi membresía del gym está en $550, en suplementos gasto entre 1,500 y 2,000, y en comida para la dieta son como 3,000 pesos al mes. La ropa no la compro tan seguido, pero depende mucho de la marca".
Suplementos, ropa y clases: los gastos invisibles
El mercado del fitness no se detiene en el gimnasio.
La industria de los suplementos es una de las más grandes y en constante crecimiento. De acuerdo con información del sitio web de suplementos GYM, un bote de proteína puede costar entre $500 y $1,200 pesos, mientras que una creatina ronda entre $300 y $600.
Las barritas proteicas y bebidas listas para consumir, aunque parecen económicas, se vuelven un gasto frecuente que puede sumar cientos de pesos extra cada mes.
Además, muchas personas optan por actividades adicionales como pilates, yoga o spinning. Según cifras de Superprof, una clase de pilates grupal puede costar entre $350 y $600, mientras que una clase privada llega hasta $700. Si se toman varias a la semana, el gasto mensual fácilmente supera los $2,000 pesos solo en estas actividades.
José Ángel Alcalá, con cuatro meses de experiencia en el gimnasio, lo confirma: "Yo gasto unos 3,000 pesos al mes en gimnasio, suplementación y ciertas comidas. La verdad es poco, porque si me enfocara más en mejorar, gastaría más. En mi generación, de los 15 a los 40 años, el gym está más enfocado en la estética que en la salud".
La ropa deportiva también forma parte de la ecuación. Aunque no se compra cada mes, es difícil resistirse a los lanzamientos de marcas que promueven colecciones diseñadas para "mejorar el rendimiento". Mientras unos prefieren opciones accesibles en mercados locales o tiendas en línea, otros destinan miles de pesos al año en prendas de alto costo.
Nutrición, entrenadores y negocios: el otro lado del fitness
La frase "el gimnasio solo es el 30%, lo demás es alimentación" es casi un mantra en el mundo fitness.
Por eso, no sorprende que muchos acudan a nutriólogos deportivos en busca de planes personalizados. Según el mercado nacional, una consulta puede costar entre $800 y $1,600 pesos, y las consultas de seguimiento están en un promedio de $700 pesos.
Para Elena Ríos, que gasta entre $3,000 y $4,000 al mes en gimnasio, alimentación y suplementos, este apoyo es valioso: "Creo que es importante encontrar opciones accesibles para mantener un estilo de vida saludable".