Este jueves 2 de octubre de 2025, el centro de detención Deportation Depot en Florida cumple un mes de operación, mientras que Alligator Alcatraz suma tres meses funcionando.
Ambos centros se han consolidado como el modelo floridano de retención de migrantes para el resto de Estados Unidos, aunque enfrentan acusaciones de opacidad, "crueldad" y marketing.
Deportation Depot, ubicado en el norte de Florida, comenzó a recibir migrantes desde el 2 de septiembre. Grupos civiles denuncian que no existe un listado oficial de los detenidos, aunque se estima que hay cerca de 400 personas, según Thomas Kennedy, consultor político de la Coalición de Inmigrantes de Florida (FLIC).
En el caso de Alligator Alcatraz, ubicado en los Everglades del sur del estado, se reporta que alrededor de 1,200 migrantes de los 1,800 detenidos en julio han "desaparecido" de la base de datos del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). Otros estados, como Indiana, Texas y Nebraska, han seguido el ejemplo floridano con centros similares.
María García, organizadora de la Jacksonville Immigrant Rights Alliance (JIRA), que protesta contra Deportation Depot, calificó al centro como un "campamento de crueldad" y denunció que las autoridades planean expandir estos sitios en todo el estado. También criticó los nombres que reciben los centros, que considera parte de un esquema de marketing insensible.
Las denuncias sobre Deportation Depot incluyen falta de atención médica, presencia de moho, agua "prácticamente imbebible" y condiciones insalubres. El consulado de México en Orlando reportó 176 mexicanos detenidos, y describió la situación como un "drama humano", con familias divididas y arrestos arbitrarios por conducir sin licencia o ser pasajeros sin documentos migratorios.
Pese a las críticas, el gobernador Ron DeSantis defendió el esquema de detención y anunció la apertura de un nuevo centro llamado Panhandle Pokey. Además, el ICE otorgó 28.5 millones de dólares a autoridades estatales y más de 10 millones a agentes locales por su labor migratoria. La justicia federal también bloqueó la orden de desmantelar Alligator Alcatraz antes de octubre.
Organizaciones civiles y ambientales advierten que su lucha no terminará. María García afirmó: "No encuentro palabras para condenar el desperdicio de recursos floridanos para castigar, deshumanizar y esencialmente torturar a seres humanos inocentes". Mientras tanto, la polémica sobre estos centros sigue creciendo en Estados Unidos y en la comunidad internacional.