En un cerro de la Costa Chica de Guerrero, antiguos petrograbados emergen entre las rocas, mostrando soles, jaguares y representaciones de juegos de pelota. Estas manifestaciones sugieren que el lugar funcionó como centro ceremonial dedicado al agua y al sol, ofreciendo un vínculo tangible con las prácticas de las comunidades amuzgas, mixtecas y los ya extintos ayacatecos
El Centro INAH Guerrero, con los arqueólogos Cuauhtémoc Reyes Álvarez y Miguel Pérez Negrete, inspeccionó Huehuetónoc, Limón Guadalupe, Jicayán de Tovar, Santiago Yoloxóchitl, San Cristóbal y Guadalupe Mano de León.
Durante esta exploración se identificaron once sitios prehispánicos que incluyen cerámica en superficie, manifestaciones rupestres y estructuras arquitectónicas, surgidos a partir de la mesa de trabajo "Cultura e identidad" del Plan de Justicia y Desarrollo del Pueblo Amuzgo.
Piedra Letra y sus secretos ceremoniales
En la cima del cerro, conocida como Piedra Letra, se encuentra una plataforma amplia con dos basamentos y otras estructuras menores.
Los petrograbados, que datan de los periodos Epiclásico-Posclásico Temprano (650-1150 d.C.) y Posclásico Tardío (1150-1521 d.C.), incluyen motivos espirales, cuentas circulares, gotas de agua, un juego de pelota, un personaje con tocado de plumas y la figura de un jaguar. Un sol con rostro refuerza la hipótesis de ceremonias relacionadas con el calendario solar, la fertilidad de cultivos y la petición de lluvias.
Además de Piedra Letra, se registraron estructuras en San Cristóbal y Guadalupe Mano de León. En San Cristóbal destacan montículos, estelas de granito de hasta dos metros y piedras grabadas con espirales y círculos, mientras que en Guadalupe Mano de León se localizó una plataforma con restos de muros y un hacha de piedra.
Estos descubrimientos representan los primeros elementos rupestres del municipio y serán incorporados a un catálogo iconográfico que documenta la riqueza cultural de la región
El estudio de estos sitios permite acercarse a la cosmovisión de los pueblos de la Costa Chica, ofreciendo información objetiva para comprender su herencia cultural.
Más allá de la investigación científica, los hallazgos fortalecen la identidad local y promueven la conservación de espacios que durante siglos han sido escenario de ceremonias, rituales y la vida comunitaria.