El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, consideró este martes que el aumento del 25 % al 50 % de lo aranceles al acero y aluminio por parte de Estados Unidos es una medida "injusta", y adelantó que este viernes presentará en Washington los argumentos de México para solicitar ser excluido de la medida, como ocurrió con el Reino Unido.
"No creo yo, en primer lugar, que se puedan sostener en el tiempo (?) Se va a tener que ajustar porque el impacto económico es muy grande", dijo Ebrard en declaraciones a los medios a la llegada de un evento de la Guía Michelin en Ciudad de México.
En segundo lugar, añadió, "lo veo injusto para México porque con México tiene superávit, Estados Unidos"
"No tiene sentido poner un arancel a un producto en el que tú tienes superávit. Normalmente se pone cuando tú tienes déficit, no superávit", explicó.
El funcionario detalló que la medida impactará negativamente tanto a la economía mexicana como a la estadounidense, especialmente en sectores como el automotriz, la construcción, la metalmecánica y la electrónica.
Recordó que Estados Unidos ya había impuesto anteriormente un arancel del 25 % al acero mexicano, pero ahora, con el nuevo anuncio, la carga arancelaria aumentará de forma significativa.
"Yo creo que esto va a tener una afectación a la economía de los Estados Unidos", advirtió
En su visita de este viernes a Washington, el secretario insistirá en que México debe ser tratado como el Reino Unido, país que fue excluido de la medida. "Es lo que vamos a plantear (..) Y espero el viernes poder convencerlos (a las autoridades estadounidenses)", dijo.
Los principales perjudicados de la subida arancelaria son Canadá, el gran suministrador de ambos metales a EE.UU., así como México, Brasil, Corea del Sur o Vietnam en lo relativo al acero, y también China, el segundo país que más aluminio vende a la primera economía mundial.
El presidente estadounidense, Donald Trump, apuntó que aunque los gravámenes del 25 % han facilitado "un sostenimiento crítico de los precios" en el mercado nacional, todavía no han permitido que estas industrias desarrollen y mantengan las tasas de utilización de la capacidad de producción que son necesarias para su fortaleza y las necesidades de defensa nacional.