El Poder Judicial se reestructura: esto debes saber del cambio
El 13 de agosto será la última vez que el Pleno del Consejo de la Judicatura Federal sesione. A partir de septiembre, el sistema cambia, y con ello, una nueva etapa de la justicia federal comienza
El Consejo de la Judicatura Federal (CJF) dejará de existir el próximo 1 de septiembre de 2025, para dar paso a dos nuevos órganos: el Tribunal de Disciplina Judicial (TDJ) y el Órgano de Administración Judicial (OAJ).
Con este cambio, el último Pleno del CJF sesionará el 13 de agosto. A más tardar el 7 de agosto, todas las actividades del actual Consejo deberán haber concluido.
Desde el 16 de julio, se suspenderán plazos y términos procesales en todos los asuntos a cargo del Pleno, las comisiones, órganos auxiliares y administrativos, así como en la Comisión de Conflictos Laborales.
Las áreas podrán continuar con la tramitación interna, pero no emitirán resoluciones formales hasta que los nuevos órganos entren en funciones
¿Y los asuntos pendientes?
Lo que ya fue aprobado, pero aún no se ha finalizado (como engroses de resoluciones), deberá completarse en cinco días hábiles tras la entrada en vigor del nuevo acuerdo.
Las resoluciones emitidas entre julio y agosto también tendrán ese mismo plazo para concluir.
En ambos casos, los votos particulares o aclaratorios deberán entregarse dentro del mismo periodo.
Desde el 16 de julio, ya no se asignarán nuevos proyectos de resolución a las ponencias
¿Qué pasará con las quejas o denuncias?
Las denuncias administrativas que lleguen a partir del 16 de julio serán registradas, pero su trámite quedará en pausa. Se retomarán bajo las nuevas estructuras judiciales en septiembre, a menos que haya motivos de urgencia, en cuyo caso podrán atenderse de inmediato.
Las unidades administrativas, comités y auxiliares deberán seguir trabajando en sus asuntos, procurando terminarlos a más tardar el 13 de agosto, como lo establece el artículo Sexto Transitorio del decreto.
El CJF, creado en 1994, fue pieza clave en la administración y vigilancia del Poder Judicial de la Federación
Con su desaparición, México reconfigura su modelo judicial, apostando por un sistema dividido entre lo disciplinario y lo administrativo, quizá buscando mayor especialización, agilidad o una nueva narrativa institucional.
Nos encontramos frente a un parteaguas: se va un órgano que centralizaba el control judicial y llegan dos con nuevas promesas.
La transición, sin duda, será clave para entender si esta reforma representa una mejora real en la justicia mexicana? o si solo cambia el traje, sin tocar el fondo.
¿El cambio será para bien? ¿O solo para que parezca que algo se mueve?
