El cine mexicano es mucho más que una pantalla en la sala: es un espejo que refleja nuestra sociedad, nuestras emociones y nuestras historias.
Desde los barrios de la Ciudad de México hasta los paisajes de Oaxaca y Baja California, los cineastas nacionales han logrado capturar la esencia de México, mostrando tanto sus alegrías como sus retos.
Películas que se han convertido en clásicos, series que generan debates entre amigos y festivales que celebran la creatividad, conforman un ecosistema donde el arte y la industria se entrelazan.
Este fenómeno no solo permite que los mexicanos se reconozcan en la pantalla, sino que también invita al mundo a acercarse a nuestras historias.
El cine mexicano ha pasado de ser un nicho cultural para convertirse en un protagonista global.
Producciones como Amores perros o Amarte duele nos recordaron que nuestras historias pueden ser universales, mientras que Roma puso a México en el mapa internacional al convertirse en la primera película mexicana en ganar el Óscar a Mejor Película Extranjera, mostrando cómo la narrativa local puede tocar audiencias globales.
Festivales, plataformas de streaming y espacios alternativos han abierto caminos para que las películas lleguen a más personas, derribando barreras geográficas y económicas.
La industria audiovisual no solo entretiene; también crea oportunidades, genera empleos y proyecta nuestra cultura hacia el mundo.
Panorama económico y producción cinematográfica
Según el Anuario Estadístico de Cine Mexicano 2024, publicado por el IMCINE y la Secretaría de Cultura, la industria cinematográfica generó 21 mil 579 empleos y aportó 20 mil 722 millones de pesos al Producto Interno Bruto (PIB), un 0.07% del total nacional.
El crecimiento ha sido constante: 18.6% respecto al año anterior y un promedio de 7.2% anual desde 2008.
En cuanto a producción, México registró 240 largometrajes en diversas etapas: 36 en rodaje, 47 en postproducción y 157 ya terminados. La Ciudad de México concentra 43.8% de estas producciones, seguida por Jalisco, Baja California, Nuevo León y Michoacán. El 41% de los largometrajes recibió apoyo público mediante programas como Eficine y Focine, y la inversión promedio fue de 13.8 millones de pesos por película.
La participación femenina sigue creciendo: 24% en dirección, 35% en guion, 20% en cinefotografía y 48% en producción. Además, la coproducción internacional suma 48 títulos con 28 países, destacando Estados Unidos, España y Francia. Los géneros predominantes son ficción (59%) y documental (39%).
Netflix, ViX, Canela TV, Disney+, Prime Video y Tubi han empezado a producir directamente en México, aportando diversidad de contenidos y generando un nuevo mercado para los cineastas nacionales.
Las series también han crecido: 68 producciones mexicanas se estrenaron o están en producción, 75% de ficción y 25% documental, con ViX liderando el sector con 39% del total.
Festivales, exhibición alternativa y visibilidad digital
México cuenta con 15 comisiones fílmicas y 23 oficinas de apoyo, muchas adscritas al sector turismo, que facilitan y estimulan la filmación en distintas regiones.
Programas como el Cash Rebate de Jalisco otorgaron 125 millones de pesos para apoyar 21 proyectos en 2024. La Ciudad de México sigue siendo el epicentro de la actividad, pero otras entidades ganan relevancia gracias a festivales y estímulos locales.
En total, según él anuario se realizaron 253 festivales y eventos cinematográficos, 31% de ellos con enfoque exclusivo en cine mexicano. La Ciudad de México albergó 21% de estos encuentros, consolidando su papel como centro creativo nacional.
Festivales como el Festival Internacional de Cine de Guadalajara, el Festival Internacional de Cine de Morelia y DocsMX han sido clave para la formación de cineastas, la circulación de películas y la promoción de nuevos talentos.
Los espacios alternativos también crecieron, con 805 ubicaciones identificadas en 2024, 76% ofreciendo funciones gratuitas y 34% programando principalmente cine mexicano.
Se realizaron 6,368 funciones de 1,114 títulos, con 152 mil 987 asistentes. Películas como Nudo mixteco se destacaron con 60 funciones, mostrando que el cine puede ser accesible y cercano, más allá de las salas comerciales.
El auge del streaming y la internacionalización del cine mexicano
El consumo de cine mexicano a través de plataformas digitales ha cambiado radicalmente la forma en que el público accede a las historias nacionales.
En 2024, 32 plataformas estuvieron disponibles en México, y ViX lideró con 638 largometrajes, seguido por Netflix (166) y Nuestro Cine MX (456). De los 112 largometrajes estrenados en salas, 36% también estuvo en streaming, mientras que 15 películas se lanzaron directamente en plataformas como Canela TV y Prime Video.
El estudio de Comscore revelo que 67% de los mexicanos usan dispositivos de Connected TV (CTV), es decir, televisores conectados a internet que permiten acceder a plataformas y aplicaciones de video.
Las Smart TVs dominan este mercado con 93%. Las películas y series son los contenidos preferidos, con 94% y 86% de consumo respectivamente, y el co-viewing es frecuente, con la mitad de los espectadores compartiendo la experiencia.
Netflix ha invertido mil millones de dólares para producir 20 películas y series anuales en México, consolidando la plataforma como un motor de visibilidad global.
Desde Club de Cuervos, primera serie original de Netflix fuera de Estados Unidos, hasta Roma, la empresa ha demostrado la importancia de colaborar con productoras y talento local, creando empleos y proyectando a México como como un referente audiovisual en Latinoamérica.
El cine mexicano también cruza fronteras en festivales y mercados. En 2024, 50 películas se estrenaron en 43 países y Sujo participó en 40 festivales internacionales. La animación Huevitos congelados se estrenó en 17 naciones, mientras que se otorgaron 168 premios internacionales, destacando Estados Unidos, Francia y España. La diversidad de historias y la participación de directoras y productores refleja un cine inclusivo y global.
Además, series y películas mexicanas se han consolidado como contenido de entretenimiento de calidad en plataformas digitales, logrando que historias locales tengan audiencia internacional sin necesidad de intermediarios, y fomentando la economía cultural y creativa del país.
El cine mexicano demuestra que puede combinar arte, economía y cultura.
Con producciones que van desde los clásicos como Amores perros hasta éxitos recientes como Roma, la industria nacional refleja la diversidad y creatividad del país. Festivales, plataformas digitales y programas de apoyo fortalecen un ecosistema que permite a las historias llegar a todos, en cualquier lugar.
La expansión de las plataformas de streaming y la internacionalización de las producciones muestran que México no solo cuenta sus historias para sí mismo, sino para el mundo.
Cada largometraje, cada serie y cada festival contribuyen a que el cine nacional tenga visibilidad, genere empleo y proyecte la cultura mexicana más allá de nuestras fronteras.
El cine mexicano, con su capacidad de innovación y adaptación, continúa evolucionando. Historias locales se vuelven universales, voces diversas se hacen escuchar y nuevos talentos encuentran caminos para expresarse.
Este es un momento histórico para la industria: un tiempo de expansión, de oportunidades y de creatividad que promete seguir marcando la pauta en el panorama audiovisual global.