El nuevo embajador de Estados Unidos en México, Ronald Johnson, ha puesto sobre la mesa la importancia de que ambos países trabajen hombro a hombro para enfrentar los desafíos actuales que afectan tanto a mexicanos como a estadounidenses
En un mensaje difundido en redes sociales, Johnson subrayó que los retos ya no se limitan a la competencia global, especialmente con China, sino que ahora abarcan temas tan delicados como la seguridad alimentaria y la protección de infraestructuras clave, desde biopatógenos hasta las cadenas de suministro que sostienen la economía y el bienestar de millones de personas.
El diplomático estadounidense recalcó que México y Estados Unidos deben actuar como "aliados estratégicos y principales socios comerciales" para superar juntos estos desafíos, haciendo énfasis en que la colaboración es más necesaria que nunca.
Este llamado llega apenas dos semanas después de la llegada de Johnson al país y tras su primer encuentro con la presidenta Claudia Sheinbaum, donde abordaron temas como comercio, migración y el polémico impuesto a las remesas.
We?re not just competing with China?we are facing new threats to critical infrastructure and food security. From biopathogens to supply chains, today?s risks are different. ???? must face them together as strategic allies and top trade partners.
? Embajador Ronald Johnson (@USAmbMex) June 4, 2025
En este contexto, se anunció que Christopher Landau, subsecretario de Estado de Estados Unidos y exembajador en México, visitará el país entre el 9 y 10 de junio para preparar la próxima visita del secretario de Estado, Marco Rubio
Estas reuniones buscan afinar la agenda bilateral y atender las tensiones recientes en materia de seguridad, migración y comercio, en el marco del Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Uno de los temas que más preocupa a las familias mexicanas es el nuevo impuesto del 3.5% a las remesas, aprobado recientemente en la Cámara de Representantes de Estados Unidos como parte del plan fiscal del presidente Donald Trump. Aunque la propuesta inicial era de un 5%, la presión de diferentes sectores logró reducir el gravamen, que ahora está pendiente de discusión en el Senado estadounidense.
Este impuesto impactaría directamente en el bolsillo de millones de familias mexicanas que dependen de estos envíos para cubrir necesidades básicas como alimentación, vivienda y salud.
El gobierno mexicano, encabezado por Sheinbaum, ha manifestado su rechazo a este impuesto, argumentando que viola acuerdos bilaterales y advirtiendo sobre posibles movilizaciones si la medida se concreta.
La presidenta también ha señalado que su administración seguirá trabajando para eliminar por completo este gravamen y proteger a los connacionales que envían dinero desde el extranjero