Sin sorpresas, el Senado de la República aprobó la reforma a la Ley de Aguas Nacionales, con 83 votos de Morena y sus aliados del Partido del Trabajo y el Partido Verde y 34 en contra de la oposición en su conjunto, se aceptaron los 68 cambios a la iniciativa presidencial.
Desde la tarde, los senadores de Morena impusieron su prisa y acordaron que aún sin cumplir con los trámites legislativos, se diera paso a la iniciativa para su discusión en el pleno.
La senadora del PRI, Paloma Sánchez, insistió sobre la exigencia de la oposición escuchar a agricultores e "integrar los cambios que piden; hacer una ley que garantice el derecho humano al agua y mejore el campo".
Por su parte, la panista Verónica Rodríguez, advirtió que "Morena está usando la bandera del derecho humano al agua para esconder lo que realmente busca: controlar políticamente el recurso más importante que tiene México, centralizar el poder, quitarle facultades a estados y municipios, concentrar todo en manos del gobierno federal. Eso no es cuidar el agua, eso es convertirla en una herramienta política".
La mayoría parlamentaria ya había decidido que se dispensarían todos los trámites y se daría vista como de urgente y obvia resolución a la Ley, pero "cumplieron" con el requisito legal de desahogar una moción suspensiva del PAN, fue Ricardo Anaya quien subió a tribuna y en medio de los gritos de las bancadas oficialistas, les advirtió que con esta reforma el artículo 22 de la Ley establece que si "ahora si el campesino quiere vender su tierra y tiene una concesión de agua, se inventaron ustedes un nuevo procedimiento. Ahora hay una reasignación siempre y cuando se le pegue la gana a la autoridad de Morena".

Socarrón y burlándose de Anaya, Adán Augusto López, coordinador de Morena, le respondió "a la paciencia y la prudencia el político debe de añadir otra virtud, y esa virtud es de no pasar el resto de su vida política, pública y privada lamiéndose las heridas que nunca le van a cerrar. Tal parece que les duele todavía la apabullante derrota del 2018, ese es un trauma que el senador que presentó la moción nunca va a poder superar".
Una larga jornada que finalmente concluyó con el mismo resultado, la decisión está tomada, pero necesitan la votación para legitimar la toma del control absoluto sobre las concesiones para aprovechar el agua del país.