Estados Unidos calificó este miércoles de "falsedad" que exista una política de crear hambre en Gaza por parte del Gobierno de Israel, durante una sesión del Consejo de Seguridad de la ONU dedicada a la cuestión palestina.
La declaración fue realizada por Dorothy Shea, representante interina de Estados Unidos ante la ONU.
Shea respondía, sin mencionarla directamente, a la declaración oficial de la ONU emitida el pasado sábado, en la que se informó que el tercio norte de Gaza se encuentra en situación de hambruna, con casi 500 mil personas afectadas, por decisión del Estado de Israel.
La diplomática estadounidense señaló que desde el inicio de la guerra en Gaza, hace 22 meses, "Israel ha permitido que entre en Gaza la cantidad sin precedentes de más de dos millones de toneladas" de ayuda humanitaria. Añadió que su país "trabaja estrechamente con el Gobierno de Israel para incrementar el volumen de ayuda sin beneficiar a Hamás".
Shea respaldó así la acusación israelí de que gran parte de la ayuda que transporta la ONU termina en manos de saqueadores enviados por Hamás, aunque esta afirmación ha sido desmentida en varias ocasiones por Naciones Unidas.
Aun reconociendo que "hay un problema real de hambre en Gaza", la representante estadounidense criticó los criterios que usa la ONU para declarar la hambruna, asegurando que "no pasan el examen".
Según Shea, la solución pasa por apoyar a la Fundación Humanitaria para Gaza, la única organización tolerada por Israel, aunque sus entregas de alimentos han generado escenas de caos y violencia.
Además, la diplomática criticó a los países que han anunciado su intención de reconocer el Estado palestino en septiembre próximo, entre ellos Reino Unido, Canadá y Australia, aliados tradicionales de Estados Unidos. Shea afirmó que este reconocimiento equivaldría a entregar "una recompensa a Hamás por la masacre del 7 de octubre de 2023".
La sesión del Consejo de Seguridad reflejó, una vez más, la tensión internacional sobre la situación en Gaza, donde la combinación de conflictos armados, bloqueos y disputas políticas continúa generando preocupaciones humanitarias y debates sobre el acceso a alimentos y asistencia básica.
La postura de Estados Unidos contrasta con la posición de la ONU y de organizaciones humanitarias, que insisten en la gravedad de la crisis alimentaria en Gaza y llaman a la cooperación internacional para garantizar la distribución segura y equitativa de ayuda.