Al menos 110 personas murieron, entre ellas 46 niños y 20 mujeres, a causa de los bombardeos israelíes en la Franja de Gaza, tras la reanudación de los ataques del Ejército israelí la noche del martes, según un recuento en hospitales realizado por informadores locales y compartido en plataformas de la zona.
De acuerdo con el balance, los ataques dejaron 44 muertos en el norte, otros 44 en el centro y 20 más en el sur de la Franja de Gaza. Los hospitales locales operan con recursos limitados y sufren escasez de suministros médicos y combustible, lo que dificulta la atención a los heridos.
Entre las víctimas atendidas en los principales hospitales se registró que 33 llegaron al Al Shifa, 32 al Al Awda, 20 al Nasser, 14 al Al Aqsa y 11 al Bautista Al Ahli, todos ellos en condiciones críticas debido a la saturación y los daños en las instalaciones médicas.

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ordenó "ataques contundentes" en Gaza después de una reunión de su gabinete de seguridad, tras recibir restos humanos que, según Israel, no corresponden a un rehén israelí devuelto por Hamás.
Israel informó también que militantes palestinos atacaron a sus soldados en Rafah, en el extremo sur de Gaza, lo que provocó la muerte de un militar israelí. Sin embargo, Hamás negó haber participado en este enfrentamiento.
El grupo islamista condenó la nueva oleada de ataques y acusó a Israel de socavar el acuerdo de alto el fuego, con la complicidad del Gobierno estadounidense de Donald Trump, asegurando que estas acciones buscan imponer nuevas realidades por la fuerza sobre el territorio palestino.

Hamás hizo un llamado a los mediadores y garantes del alto el fuego, entre ellos Catar y Egipto, para que presionen de forma inmediata al Gobierno israelí y detengan las masacres, insistiendo en que todas las facciones palestinas siguen comprometidas con el acuerdo.
La situación en Gaza se mantiene crítica, con hospitales sobrepasados y decenas de personas heridas, mientras la comunidad internacional observa con preocupación la escalada de violencia y la vulnerabilidad de la población civil.