La situación en Gaza es alarmante: la región se encuentra al borde de una hambruna, según informes recientes de la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria (IPC), respaldada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y diversas Organizaciones.
Actualmente, el 93% de la población (aproximadamente 2 millones de personas) enfrenta niveles de inseguridad alimentaria que van desde crisis hasta catástrofe, y cerca de 470,000 personas ya sufren hambre extrema.
Este deterioro se debe principalmente al bloqueo total impuesto por Israel desde marzo, que ha restringido severamente la entrada de alimentos, medicinas y combustible. Como resultado, el 75% de las tierras agrícolas han sido destruidas, y la mayoría de los sistemas de riego están inoperativos. Además, el 95% de las reservas de harina están agotadas, y muchas familias dependen de raciones mínimas distribuidas por organizaciones humanitarias que también enfrentan escasez de suministros.
La comunidad internacional y diversas organizaciones han instado a un levantamiento inmediato del bloqueo y a la entrada urgente de ayuda humanitaria para evitar una catástrofe mayor. Sin acciones concretas, Gaza podría enfrentar una hambruna oficialmente declarada en las próximas semanas.