Japón ha dado un giro sin precedentes en la historia de la política mundial al nombrar oficialmente a una inteligencia artificial (IA) como líder político.
La decisión, anunciada por el Parlamento japonés esta semana, busca "modernizar la toma de decisiones públicas" y explorar el potencial de la tecnología para mejorar la eficiencia, la transparencia y la participación ciudadana.
La IA, denominada "Himitsu", ha sido desarrollada por un consorcio de universidades y empresas tecnológicas niponas y será la encargada de analizar datos sociales, económicos y ambientales para proponer políticas públicas, evaluar sus impactos y sugerir alternativas en tiempo real. Aunque no ejercerá el poder ejecutivo de forma autónoma, sí tendrá un rol determinante en la elaboración de estrategias nacionales y en la supervisión del cumplimiento de objetivos.
"Himitsu no reemplaza a los políticos humanos, sino que los complementa. Su función es eliminar sesgos, acelerar procesos y ofrecer soluciones basadas en evidencia", explicó el primer ministro japonés, Fumio Kishida, durante la presentación oficial.
El sistema utilizará modelos avanzados de lenguaje e inteligencia predictiva para procesar millones de datos en segundos, desde estadísticas económicas hasta opiniones ciudadanas vertidas en redes sociales. Esto permitirá, según el gobierno, diseñar políticas "más justas, inclusivas y adaptadas a las necesidades reales de la población".
Sin embargo, la medida no está exenta de controversia. Diversos sectores políticos y organizaciones civiles han expresado preocupación por el alcance de la influencia de la IA en la toma de decisiones y los posibles riesgos éticos que implica su integración en el aparato gubernamental. También advierten sobre la necesidad de establecer límites claros a su poder y garantizar la supervisión humana.
"Delegar funciones políticas en una máquina abre un debate profundo sobre la responsabilidad democrática y el control ciudadano. La tecnología puede ser una herramienta poderosa, pero no debe sustituir la deliberación humana", señaló Keiko Tanaka, analista política del Instituto Nipón de Tecnología y Sociedad.
Japón se convierte así en el primer país del mundo en otorgar un cargo político formal a una inteligencia artificial, un paso que muchos ven como el inicio de una nueva era en la relación entre tecnología y gobernanza. Si el experimento resulta exitoso, expertos anticipan que otras naciones podrían seguir un camino similar en la próxima década.