La influencia asiática en México: sabores, artes y tradiciones que cruzan océanos
Cultura

La influencia asiática en México: sabores, artes y tradiciones que cruzan océanos

Por: Fernanda Rivera
CDMX
Fecha: 01-10-2025

México es un país formado por la diversidad y los encuentros culturales.


Cada migración deja rastros que transforman la vida de quienes llegan y de quienes los reciben. Las calles, mercados, escuelas y plazas reflejan historias de intercambios que se extienden por generaciones.


Entre los países que han marcado un impacto significativo en el país destacan Japón, China y Corea del Sur.


Sus comunidades han influido en la economía, la cultura, la gastronomía y la educación, dejando una huella profunda y variada que sigue vigente.


La integración no siempre fue sencilla; enfrentaron discriminación, retos sociales y barreras lingüísticas, pero con el tiempo lograron construir espacios de convivencia y contribución que hoy forman parte de la riqueza cultural de México.


Celebraciones que cruzan océanos: festivales asiáticos en México




Los festivales y tradiciones son una forma vital de expresión cultural que permite a las comunidades asiáticas mantener vivas sus raíces en México, al mismo tiempo que acercan a la sociedad mexicana a costumbres que cruzan océanos y generaciones.


Estas celebraciones se convierten en puntos de encuentro entre culturas, donde la música, la gastronomía, la danza y las artes tradicionales se mezclan con la vida cotidiana de las ciudades mexicanas.




En el Barrio Chino de la Ciudad de México y en La Chinesca, en Mexicali, la celebración más importante es el Año Nuevo Chino, también conocido como la Fiesta de la Primavera.




Estos festivales incluyen desfiles de dragones y leones, talleres de escritura china, exhibiciones de kung-fu, elaboración de faroles y festivales gastronómicos donde se ofrecen platos típicos de China.




Estas actividades son organizadas principalmente por la comunidad china residente en México, con apoyo del Centro Cultural de China en México, la Embajada de la República Popular China y en colaboración con museos y gobiernos locales, lo que garantiza la participación tanto de la comunidad asiática como del público mexicano.




La comunidad coreana también ha logrado consolidar festivales propios que reflejan la riqueza de sus tradiciones.


El Festival de Corea, que se celebra cada julio en Valle de Bravo, ofrece una amplia variedad de actividades culturales que incluyen gastronomía, música tradicional y contemporánea, cine, exposiciones de arte y talleres de caligrafía.


Este festival es organizado por el Centro de Educación Coreana en México, con apoyo de instituciones locales y la Embajada de la República de Corea, buscando fortalecer los lazos culturales y mostrar la diversidad del país asiático.



En la Ciudad de México, el K-Festival conmemora la inmigración coreana al país y se realiza cada mayo. En este evento se presentan conciertos de K-pop, competencias de baile, exhibiciones de taekwondo y talleres de caligrafía, acercando la cultura coreana a distintas generaciones mexicanas.




Los festivales japoneses también forman parte fundamental de la presencia cultural de Oriente en México.


La Asociación México Japonesa (AMJ) organiza celebraciones durante la primavera, verano y otoño que permiten a los visitantes sumergirse en las tradiciones japonesas.




Entre ellos, el Haru Matsuri, o Festival de Primavera, da la bienvenida a la nueva estación con danzas tradicionales, música en vivo, venta de artículos japoneses como mangas y accesorios, y un restaurante que ofrece platillos auténticos, permitiendo a los asistentes experimentar la gastronomía del país del sol naciente.




Por su parte, el Aki Matsuri, Festival de Otoño, rinde homenaje a la cosecha del arroz y al inicio de la estación, incluyendo conciertos, talleres de arte y la venta de productos y alimentos japoneses como ramen, bento boxes, onigiris y pasteles típicos.


Estas celebraciones no solo conservan las costumbres ancestrales, sino que también fomentan el intercambio cultural entre México y Japón, acercando a los asistentes a la riqueza de la tradición oriental en un ambiente festivo y participativo.


A través de estas celebraciones, la música, la gastronomía, la danza y la filosofía de China, Corea y Japón se integran al paisaje cultural mexicano, ofreciendo experiencias que combinan aprendizaje, entretenimiento y convivencia social.


Taoísmo, Budismo y enseñanzas




La influencia de Asia también se percibe en la educación y la filosofía.


En la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) en Tijuana, se imparte desde hace más de veinte años la materia de Filosofía Oriental, que incluye estudios de taoísmo, I Ching y Budismo Zen.


El concepto de wu wei o "no-obrar", proveniente del taoísmo, se enseña como una guía para alcanzar objetivos sin violencia ni desgaste innecesario de energía.




La UABC señala que esta perspectiva inspiró una "antipedagogía" donde el docente se convierte en un facilitador paciente, actuando como un "eterno principiante".


La filosofía oriental permite establecer paralelos con el pensamiento occidental y ha generado debates entre estudiantes sobre la integración de conceptos orientales en la educación mexicana.


Esta enseñanza no solo acerca a los estudiantes a la cultura asiática, sino que también propone nuevas formas de reflexión sobre la pedagogía, la ética y la convivencia social, ampliando la comprensión del mundo y del aprendizaje.


Olores y sabores de Oriente que hoy son parte de México




La gastronomía es uno de los legados más visibles de las comunidades asiáticas en México, un puente que conecta historia, cultura y sabor en cada plato.


Según el blog "Nippon: Una ventana a Japón" los japoneses, por ejemplo, introdujeron técnicas de preparación de pescado y productos fermentados que marcaron la cocina de regiones costeras como Baja California, donde la frescura del mar permitió recrear recetas tradicionales de sushi, sashimi y encurtidos, adaptando sus métodos a los ingredientes locales y generando una fusión con productos mexicanos como el aguacate, el chile y diversos mariscos.




Además, los japoneses enseñaron la precisión en el corte de alimentos y la importancia de la presentación, valores culinarios que hoy se reflejan en restaurantes y mercados especializados.




Por su parte, los chinos popularizaron la cocina cantonesa en ciudades como Mexicali y la Ciudad de México, creando un modelo de restaurantería que se consolidó en cafeterías y restaurantes económicos conocidos por su comida rápida y accesible


Adaptaron recetas tradicionales a los ingredientes locales y crearon platillos que hoy son emblemáticos, como el bisquet servido con cajeta o mermelada, una reinterpretación del biscuit estadounidense, además de fideos, arroces y preparaciones de carne al estilo cantonés.




Según el artículo "China en México: La influencia china en la gastronomía mexicana", estos establecimientos no solo ofrecieron alimentos, sino que se convirtieron en centros de encuentro comunitario, reforzando la presencia cultural china en el país.


En Yucatán, los coreanos influyeron indirectamente a través de huertos, comercios y prácticas de cultivo, manejando pequeñas parcelas de hortalizas y frutas adaptadas al clima local.




Su conocimiento agrícola incluía técnicas de riego eficiente, el uso de abonos naturales y la rotación de cultivos para mantener la fertilidad del suelo, prácticas heredadas de sus tradiciones en Corea que permitieron la autosuficiencia familiar y el abastecimiento constante de los mercados locales.




En paralelo, los festivales y restaurantes difunden la comida tradicional coreana, como el bibimbap, un platillo que combina arroz, vegetales, carne y huevo con salsas típicas, y el bulgogi, carne marinada a la parrilla que se ha vuelto popular incluso entre quienes no conocen la cocina coreana.


Estas preparaciones muestran la riqueza de ingredientes, condimentos y técnicas que los inmigrantes adaptaron a su nuevo entorno.


Fuerza y respeto: los deportes asiáticos que enriquecen México




Aunque no existe un conteo exacto de cuántas personas practican artes marciales asiáticas en México, estas disciplinas han encontrado difusión gracias a festivales, escuelas y asociaciones culturales.


Entre las más destacadas se encuentran el taekwondo, el judo, el karate, el kung-fu, el aikido y el hapkido, cada una con su origen, filosofía y metodología de entrenamiento.




El taekwondo, originario de Corea del Sur, se distingue por sus patadas altas y técnicas de defensa, mientras que el judo, de Japón, se centra en usar la fuerza del adversario a favor propio mediante lanzamientos y sumisiones.


El karate enfatiza golpes precisos y bloqueos, y el kung-fu, tradicional de China, combina movimientos fluidos y acrobacias inspiradas en animales. Por su parte, el aikido se enfoca en neutralizar ataques de forma armoniosa, y el hapkido combina golpes, luxaciones y proyecciones.




En México, estas artes se practican en clubes, academias y talleres organizados durante festivales culturales, donde instructores enseñan técnicas básicas y avanzadas, así como los valores asociados, como disciplina, respeto y autocontrol.


La Federación Nacional de Artes Marciales Japonesas, A.C. juega un papel importante en la promoción y regulación de estas disciplinas, apoyando eventos y exhibiciones que acercan a niños y adultos a estas tradiciones orientales.


Más allá del aspecto físico, la práctica de estas artes refuerza la educación en valores y la cohesión social, convirtiéndose en un puente cultural que conecta a México con la riqueza filosófica y ética de Oriente, aun cuando la cantidad exacta de practicantes siga sin registrarse oficialmente.




La presencia de las comunidades asiáticas en México ha dejado huellas profundas que se perciben en la vida cotidiana, la gastronomía, los festivales, la educación y las artes marciales.


Sus tradiciones, técnicas y expresiones culturales no solo conservan la identidad de cada grupo, sino que también se entrelazan con la cultura mexicana, creando un diálogo constante que enriquece la diversidad del país.


La música, la danza, los sabores y las filosofías de China, Japón y Corea del Sur ofrecen a los mexicanos la oportunidad de conocer y valorar una herencia que ha cruzado océanos y generaciones.


Aunque no siempre es posible medir cuantitativamente su impacto, la riqueza y permanencia de estas tradiciones evidencian que la influencia asiática en México es profunda, diversa y sigue creciendo.


Noticias Similares

Destacadas

Más de Meganoticias