Lo que debes saber sobre los camiones de carga en México
Movilidad

Lo que debes saber sobre los camiones de carga en México

Por: Fernanda Rivera
CDMX
Fecha: 16-09-2025

El accidente ocurrido el miércoles 10 de septiembre en Iztapalapa, cuando una pipa de gas volcó y explotó provocando la muerte de hasta este 16 de septiembre 17 personas y dejando más de 70 heridos, puso de relieve los riesgos que implica el transporte de materiales peligrosos en México.


El vehículo trasladaba 49 mil litros de gas LP y la magnitud del siniestro despertó una inquietud válida: ¿Qué tan regulados están los camiones de carga? ¿Cómo funcionan y qué permisos necesitan para circular de manera segura?




Los vehículos de carga son indispensables para el funcionamiento de la economía.


Son los encargados de trasladar alimentos, materias primas, mercancías industriales y hasta productos de exportación, garantizando el abastecimiento en mercados y comercios.


Aunque a menudo pasan desapercibidos, cada camión en carretera sostiene una parte de la cadena logística que mantiene en movimiento al país.


Por eso, en Meganoticias realizaremos una investigación especial que se publicará en tres entregas, donde evaluaremos la regulación de los camiones de carga, los protocolos de seguridad de los conductores, los riesgos en carretera y los permisos que deben cumplir las empresas para operar legalmente.


Rígidos y articulados: los dos grandes tipos de camiones




De acuerdo con Camiones Mack México, los camiones de carga se dividen en dos categorías principales: rígidos y articulados.




Camiones rígidos: estos vehículos tienen la cabina del conductor y el área de carga integradas en una sola estructura. Son más pequeños, maniobrables y fáciles de conducir en entornos urbanos, por lo que se utilizan comúnmente para transportar paquetería, materiales secos, muebles de mudanza o mercancías que no requieren grandes volúmenes. Dentro de esta categoría destacan dos subtipos:


  • Rabón: camión rígido con cuatro llantas y eje trasero doble, utilizado para cargas medianas y recorridos urbanos.
  • Torton: más largo, con seis llantas y mayor capacidad de carga, adecuado para mercancías más pesadas o voluminosas en recorridos interurbanos.


Camiones articulados: se caracterizan por tener dos o más secciones unidas por un punto articulado que les da flexibilidad y permite transportar volúmenes más grandes o mercancías especializadas. Este tipo de camión es fundamental para el transporte nacional e internacional de carga pesada o delicada. Entre sus variantes se encuentran:


  • Tractocamiones con remolque de quinta rueda: permiten acoplar uno o varios remolques, aumentando significativamente la capacidad de carga.
  • Unidades con cajas refrigeradas: ideales para transportar alimentos perecederos como frutas, carnes o productos farmacéuticos que requieren control de temperatura.
  • Camiones con plataformas: se usan para materiales pesados o maquinaria que no puede ser transportada en contenedores cerrados.
  • Pipas con tanque: diseñadas para líquidos o gases, como combustible o gas LP, con sistemas de seguridad especiales para evitar accidentes.
  • Jaulas para carga a granel: permiten transportar productos como frutas, verduras o materiales a granel de manera segura.
  • Portavehículos: especializados en trasladar automóviles y otros vehículos de un lugar a otro.




La capacidad de los camiones articulados puede variar desde 500 kilogramos hasta 26 toneladas, dependiendo del tipo de unidad y del producto transportado. Esta versatilidad los convierte en piezas clave de la logística mexicana, conectando ciudades, facilitando el comercio y garantizando el abastecimiento de mercados y comercios.


Cómo operan y quiénes están detrás del volante




De acuerdo con un artículo de T21, las empresas de autotransporte de carga en México están adoptando tecnologías como inteligencia artificial, análisis predictivo y videotelemática para llevar un mayor control sobre sus unidades.


Estas herramientas permiten monitorear el conductor, anticipar mantenimiento, optimizar rutas y reducir fallas operativas.




Otra pieza clave es el uso de sistemas de rastreo satelital (GPS) y telemática ofrecidos. Con estos sistemas, las unidades pueden enviar datos en tiempo real de ubicación, velocidad, estado mecánico, entre otros, lo que ayuda tanto en la seguridad del operador como en la eficiencia logística.


Según un proyecto de la Dirección General de Autotransporte Federal (DGAF) de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), los vehículos articulados doblemente (como los tractocamiones con dos remolques) deberán incorporar GPS con telemetría que registre velocidad y posición cada cierto intervalo (por ejemplo, cada cinco segundos) y guardar estos datos por varios meses para posibles auditorías.


Además, la norma establece que dicha información deberá estar disponible para las autoridades competentes.




Los conductores de camiones deben seguir estrictos protocolos de seguridad y salud.


Sus jornadas no pueden exceder las 12 horas, con descansos obligatorios de 30 a 60 minutos cada seis horas de manejo continuo, y al menos 12 horas de descanso antes de iniciar otra jornada. Estos periodos se supervisan mediante sistemas de telemetría y registros internos de la empresa para garantizar cumplimiento.


En cuanto a su salud, los conductores deben pasar revisiones médicas periódicas, que incluyen un examen inicial completo al ser contratados y chequeos anuales de visión, audición, presión arterial, función cardiovascular, glucosa y pruebas toxicológicas para detectar consumo de alcohol o drogas. Las empresas pueden solicitar evaluaciones adicionales si hay indicios de fatiga, accidentes previos o cambios en su estado de salud.




Además, los conductores participan en capacitaciones obligatorias sobre manejo seguro, transporte de materiales peligrosos, procedimientos de emergencia y primeros auxilios.


Estas capacitaciones se realizan al inicio de la contratación y se actualizan al menos una vez al año. También se realizan simulacros prácticos de derrames, incendios o accidentes, para que los conductores estén preparados y sepan cómo actuar ante cualquier situación de riesgo.


Un factor que muchos transportistas mencionan como reto es la inseguridad en carretera. Aunque muchos vehículos tienen GPS, enfrentar robos, inhibidores de señal y puntos de riesgo en rutas sigue siendo un problema recurrente.




Durante el segundo trimestre de 2025, el 65% de los robos de carga ocurrieron mientras los vehículos estaban en tránsito y 34% en estacionamientos no asegurados.


Puebla (23.5%) y el Estado de México (20%) se mantuvieron como las zonas más afectadas, ocupando el primer y segundo lugar en incidentes de robo de carga en el país, según el Informe de Robo de Carga de México Q2-2025, que además desglosa los robos por tipo de producto y hora del día.


También, varias empresas reportan que los costos operativos se elevan si una unidad no opera eficientemente: desgaste por manejo brusco, paradas en puntos inseguros, pérdidas de tiempo por rutas mal planeadas.


Por eso, la gestión de flotas incluye monitoreo del vehículo, comportamiento del conductor, uso de combustible y mantenimiento preventivo.


Permisos y regulaciones que exige la ley mexicana




En México, el transporte de carga está regulado por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), que establece normas estrictas para garantizar la seguridad de los vehículos, los conductores y la carga.


Según información de la empresa CAMFRI, más del 80% de la carga del país se mueve por carreteras federales, lo que hace indispensable contar con controles rigurosos de operación y seguridad.


Para circular legalmente, los camiones deben cumplir con una serie de requisitos: licencia federal vigente, permiso oficial del vehículo que acredita su registro ante la SCT, póliza de seguro de carga que cubra daños a terceros y mercancía, y la Carta Porte, documento obligatorio que identifica la carga, su origen, destino y transportista.




Además, los vehículos deben estar registrados ante el RFC, lo que permite a las autoridades llevar un control fiscal de la actividad de transporte.


El transporte de materiales peligrosos, como combustibles, químicos o gases, requiere pasos adicionales: autorizaciones especiales que certifican que el vehículo cumple con estándares de seguridad, certificados de tanques y contenedores, revisiones técnicas periódicas de los sistemas de sujeción y ventilación, y documentos que indiquen con claridad el tipo de sustancia transportada y sus riesgos.




Estas regulaciones buscan minimizar accidentes graves, como derrames o explosiones, y proteger tanto a los conductores como a terceros.


La SCT, con apoyo de la Guardia Nacional, también supervisa que las unidades cumplan con condiciones físico-mecánicas, límites de peso y dimensiones, y realiza inspecciones aleatorias y programadas para verificar que los permisos y documentos estén vigentes.


Todo este marco legal busca reducir riesgos en carretera y prevenir tragedias asociadas con vehículos en mal estado o conductores sin capacitación adecuada.


Trámites y costos que deben cumplir las empresas




Los trámites para obtener permisos de transporte no son sencillos.


Las empresas deben presentar solicitudes escritas, documentación de identificación, pruebas de propiedad del vehículo, padrón de unidades y conductores, estudios de impacto ambiental y vial, así como cubrir los pagos correspondientes.


De acuerdo con la SEMOVI , el permiso para transporte público de carga general tiene un costo de 22 mil 953 pesos.


En el caso del transporte de carga peligrosa, los costos son mayores y los requisitos más estrictos. Estos incluyen certificados de seguridad, manuales de emergencia y acreditaciones técnicas del tanque de transporte.




La SCT realiza inspecciones físicas y documentales para verificar que los vehículos cumplan con las condiciones establecidas. También revisa que las pólizas de seguro estén vigentes, que los pagos de tenencia estén cubiertos y que los conductores tengan licencias en regla.


Cumplir con estas exigencias no solo permite operar legalmente, sino que contribuye a prevenir accidentes y garantizar un traslado más seguro.




El transporte de carga es un engranaje vital en la economía mexicana, pero también representa un riesgo constante en las carreteras.


La tragedia ocurrida en Iztapalapa con una pipa de gas recordó lo que está en juego cuando no se cumplen o supervisan adecuadamente las normas de seguridad.


Los camiones de carga no solo mueven mercancías: sostienen mercados, conectan ciudades y respaldan a millones de empleos. Sin embargo, su operación requiere una regulación estricta, capacitación permanente y tecnologías que minimicen los peligros.


Conocer los tipos de vehículos, sus funciones y los permisos que requieren ayuda a dimensionar la complejidad detrás de cada viaje. Garantizar que estas unidades circulen bajo reglas claras y mecanismos de control sólidos es fundamental para equilibrar lo indispensable del transporte con la seguridad de quienes comparten las carreteras.


Te recordamos que esta nota forma parte de una serie de tres entregas; la segunda entrega estará disponible mañana, 17 de septiembre de 2025.


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