El pasado domingo 19 de octubre, el mundialmente conocido museo del Louvre en París sufrió un robo millonario que no dejó indiferente a nadie y que, en cuestión de horas, se convirtió en noticia internacional
El museo, que alberga más de medio millón de obras que abarcan desde la Antigüedad hasta el siglo XIX, fue atacado por cuatro personas que robaron nueve joyas. Sin embargo, en su huida dejaron una de ellas: la corona de la emperatriz Eugenia de Montijo.
Según la información oficial, el robo se realizó en tan solo siete minutos
Un hecho que sin duda conmociona, ya que el Louvre era considerado uno de los museos más seguros.
No obstante, este suceso, sumado a la historia misma de robos en museos, demuestra que siempre existe alguna manera de sustraer objetos que las autoridades no logran prever, pero que los ladrones sí conocen.
Por eso, aquí te mostramos tres de los principales robos a museos que representaron pérdidas millonarias, aunque algunas de las piezas hayan sido recuperadas
Museo Isabella Stewart Gardner
Ubicado en Boston, Massachusetts, Estados Unidos, este museo fue víctima de un robo en 1990, en el cual se sustrajeron 13 obras de arte.
Entre ellas destacan The Concert del famoso pintor Johannes Vermeer, Christ in the Storm on the Sea of Galilee de Rembrandt y Chez Tortoni de Édouard Manet, por mencionar algunas.
El 18 de marzo, alrededor de la 1:24 a.m., dos hombres disfrazados de policías tocaron el timbre alegando que habían sido reportados por disturbios. Cuando los dejaron pasar, ataron a los guardias en el sótano con cinta adhesiva y esposas.
El robo duró 81 minutos, durante los cuales cortaron las pinturas de sus marcos y seleccionaron las piezas específicas
Hasta la fecha, ninguna obra ha sido recuperada y el caso sigue abierto, con una recompensa de 10 millones de dólares para quien ofrezca información que permita dar con los responsables.
Aunque se sospecha que el robo pudo haber sido encargado por algún coleccionista privado, la fama de las piezas las hace invendibles legalmente, lo que dificulta aún más descubrir quién las posee.
Este robo representó un valor total de 500 millones de dólares actuales y sigue siendo el robo de propiedad privada más grande en la historia de Estados Unidos
Museo Bóveda Verde (Grünes Gewölbe)
Cinco miembros de una familia árabe organizada en Berlín, conocidos como "El Clan Remmo", provocaron un incendio en un puente cercano alrededor de las 4 de la mañana del 25 de noviembre de 2019 para cortar la electricidad y las alarmas del museo. Sin embargo, el circuito cerrado de cámaras continuó funcionando.
Al cortar las rejas de las ventanas, lograron entrar al cuarto de joyas, donde, con un hacha, rompieron las vitrinas, tomaron piezas selectas y, en cuestión de minutos, huyeron en un Audi A6.
Fueron 21 las piezas de joyería del siglo XVIII que robaron
El botín incluía más de 4,300 diamantes, entre ellos el Diamante Blanco de Dresde (valorado en 9-10 millones de euros), una espada con 770 diamantes y el broche de la Reina Amalie Auguste, compuesto por 660 gemas.
El valor total del robo ascendió a 113 millones de euros.
Los responsables fueron capturados en 2020 con la ayuda de 1,638 policías, y se lograron recuperar las 21 piezas en 2022. Se detectó que el robo probablemente tenía como objetivo fundir el oro y vender las gemas por separado
Robo en el Kunsthal Rotterdam
Solo tres minutos fueron necesarios para que dos ladrones se llevaran siete pinturas de este museo ubicado en los Países Bajos.
El 16 de octubre de 2012, alrededor de las 3:20 a.m., los ladrones forzaron las puertas traseras del recinto.
Al entrar, encontraron el escenario perfecto: no había guardias y, aunque las alarmas estaban activadas, la respuesta fue lenta.
El robo representó una pérdida de 18 millones de euros, debido a que se llevaron pinturas de alto perfil, como Tête d'Arlequin de Picasso (800 mil euros), Charing Cross Bridge y Waterloo Bridge de Monet (aprox. 35 millones de euros cada una), La Liseuse en Blanc et Jaune de Matisse, Femme devant une Fenêtre Ouverte de Gauguin, Autoportrait de Meyer de Haan y Woman with Eyes Closed de Freud.
Aunque se logró detener a los responsables, ninguna de las piezas fue recuperada.
Las autoridades señalan que hay evidencia de que al menos tres o cuatro pinturas fueron quemadas por la madre de los ladrones para destruir la evidencia y proteger a su hijo.
Este caso es especialmente doloroso para la comunidad artística, ya que no solo representa una pérdida monetaria, sino también un daño irreparable a la historia del arte.