Este viernes, el Inegi dio a conocer que la tasa de desempleo en México llegó a 2.7% durante mayo de 2025.
Aunque no suena tan alto, esta cifra significa que 1.7 millones de personas están buscando trabajo y no lo encuentran. Yo lo veo reflejado en mi entorno: cada vez es más común escuchar a alguien decir que lleva semanas entregando currículums sin respuesta.
Comparado con abril, cuando el desempleo fue de 2.5%, el aumento parece pequeño, pero se traduce en 83 mil personas más sin empleo. Y aunque si lo comparamos con mayo del año pasado es un poco mejor (en ese entonces era de 2.6%), la realidad es que conseguir trabajo sigue siendo difícil, especialmente si buscas algo con estabilidad y prestaciones.
La población económicamente activa, es decir, quienes trabajan o buscan activamente hacerlo, fue de 61.7 millones de personas. Eso representa casi el 60% de la población en edad laboral. De ellas, 60 millones sí tienen trabajo, pero no todo es tan positivo: 4.3 millones están subocupadas, o sea, tienen un empleo pero necesitan más horas o ingresos para salir adelante.
La parte que más me preocupa es la informalidad. El Inegi reportó que hay 32.9 millones de personas trabajando en la informalidad, lo que representa 54.9% del total de trabajadores. Y sí, eso se nota: puestos sin contrato, sin seguro, sin derechos laborales. Muchos amigos trabajan así, al día, sin saber si la próxima semana seguirán teniendo ingresos.
En cuanto a los sectores, casi la mitad de los empleos están en servicios (44.3%), como restaurantes, tiendas o transporte. El comercio ocupa el 19.5%, y las manufacturas el 16%. Aunque el campo y la construcción siguen empleando a millones, sus porcentajes son menores, con 10.8% y 8% respectivamente. Lo que nos dice esto es que la mayoría trabajamos en empleos de atención al público o ventas, que muchas veces también son informales.
Por género, la brecha sigue siendo grande. Solo el 45.8% de las mujeres en edad de trabajar están en la PEA, frente al 74.9% de los hombres. Muchas mujeres que conozco han dejado de buscar trabajo por falta de apoyo para el cuidado de los hijos o por empleos que no les dan condiciones dignas.
Finalmente, aunque el país creció 0.2% en los primeros meses del año, después del 1.5% que creció en 2024, se siente que ese crecimiento no llega parejo a todos. Las cifras pueden ser positivas en el papel, pero si seguimos viendo más personas sin trabajo formal o con empleos mal pagados, el problema sigue ahí.